Un grupo de especialistas internacionales se ha reunido en Belfast para estudiar un nuevo tratamiento de la variante humana de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (vECJ), derivada de la encefalopatía espongiforme bovina o "mal de las vacas locas". Este tratamiento fue el que recibió el pasado mes de enero Jonathan Simms, un joven norirlandés de 19 años, y que está provocando que la enfermedad progrese de forma más lenta.
El tratamiento consiste en inyectar polisulfato de pentosán directamente en el cerebro, y se llevó a cabo después de que su padre hubiera llevado el caso a los tribunales británicos para permitir la aprobación de la terapia, que hasta ahora sólo se había experimentado de forma limitada en animales.
El procedimiento implica insertar un pequeño tubo en el cerebro por el que pueda pasar la medicación. Al paciente se le han administrado un total de 12 inyecciones, incrementando la dosis de forma gradual. Aunque los resultados parecen positivos, no existen garantías sobre este tratamiento.
Don Simms, padre del enfermo, explicó que "estamos muy asustados porque estamos caminando en un terreno desconocido, pero esta es la única oportunidad que tenemos", ya que la enfermedad es de momento incurable. Además, mostró su satisfacción porque el joven ha vivido un año más de lo que se esperaba y "está demostrando cambios pequeños pero significativos en su enfermedad".
"Su enfermedad parece ahora que se está deteniendo", declaró el neurocirujano Nikolai Rainov. "Ha sido paralizada al nivel en el que el tratamiento comenzó", añadió. Los médicos señalan que ha recuperado todo el peso que perdió desde el inicio de la enfermedad y que su frecuencia cardíaca ha vuelto a la normalidad.
Jonathan Simms fue diagnosticado con la enfermedad hace dos años, y estaba confinado en la cama, con parálisis parcial.