La prevención

Tratamiento de la obesidad en niños y adolescentes

Es difícil para los adolescentes y niños obesos bajar de peso, y más dificil aún es mantenerlo. El objetivo principal es la prevención.

Autor/a: Dres. Yanovski JA, Yanovski SZ.

Fuente: JAMA. 2003 Apr 9;289(14):1851-3.

La prevalencia de obesidad (O) en niños y adolescentes, definida como Índice de masa Corporal (IMC) mayor al percentilo 95 para edad y sexo, se triplicó en los últimos 30 años, en USA y en muchos países. La O infantil se asocia con las mismas complicaciones médicas que los adultos, como HTA, dislipidemia, alteración en la homeostasis de la glucosa, esteatohepatitis, apnea del sueño e hipertensión endocraneana. Otras complicaciones ligadas al crecimiento son: desarrollo puberal y esquelético acelerado y problemas ortopédicos como epifisiolísis femoral.

Estudios recientes muestran que los adolescentes O reportan una calidad de vida 5 veces peor que los controles, e igual que los niños que tienen cáncer. La presencia de O en la infancia y la adolescencia es un factor de riesgo para múltiples enfermedades del adulto, incluso si ya descendieron de peso. Es claro que uno de los mayores desafíos en salud del siglo 21 es encontrar una estrategia eficaz para prevenir y tratar la O infantil.

Los tratamientos conductuales son más efectivos en población pediátrica que en adultos, sin embargo sólo la mitad de los niños tratados con terapias conductistas enérgicas logran mantener un peso adecuado. Los tratamientos son muy trabajosos y aún no están bien adaptados para ser aplicados fácilmente en atención primaria, requieren personal entrenado y mucho compromiso familiar. Muchos médicos no creen que el tratamiento conductista sea efectivo en pacientes muy obesos, y consideran la alternativa de la farmacoterapia. Un trabajo con adolescentes O con IMC de 32 a 44, la mayoría con complicaciones mórbidas, trató a un grupo con tratamiento conductista y placebo, y otro con el agregado de sibutramina.

El grupo medicado tuvo más descenso de peso inicial, y lo mantuvo mientras siguió recibiendo la droga y el tratamiento conductual. Los que recibieron sibutramina tuvieron aumento de la tensión arterial sistólica a los 3 meses, y el 44% de los adolescentes tuvieron que suspenderla o bajar la dosis. Debido a la duración del estudio no se sabe qué sucede a largo plazo con el peso y con la aparición de complicaciones de la O.

Como el número de niños con O mórbida está en aumento los médicos cada vez consideran más los tratamientos agresivos con drogas o cirugía, sin embargo no hay estudios suficientes que avalen la seguridad de estos tratamientos para estos grupos etáreos. Los O debe ser derivados a centros de tratamiento especializados con equipos interdisciplinarios, que incluyan todos los aspectos.

Actualmente debido a la dificultad en el tratamiento el esfuerzo debería ponerse en mejorar la prevención y la promoción de un estilo de vida saludable.

Artículo comentado por la Dra. Débora Setton, editora responsable de IntraMed en la especialidad de Nutrición.