Morir con dignidad | 07 MAY 03

Eutanasia, Suicidio asistido y Depresión

El médico tiene recursos técnicos y científicos para enfrentar la muerte de un paciente que no siempre transcurre con placidéz.
Autor/a: Dr. César A. Cabral 
La Medicina Paliativa

Como bien señala Alonso Fernández (4) la abrumadora mayoría de los solicitantes de muerte para sí mismos son enfermos depresivos. "La variopinta galería de cuadros depresivos -añade- comparte como síntoma común el deseo de morir".

La reacción vivencial depresiva que tiene una presencia activa en todas las formas clínicas de este trastorno hoy tan frecuente, es promovida por dos sentimientos agobiantes: la culpa y la ineptitud para afrontar los menores requerimientos de la vida cotidiana. Ambas formas de sentir se integran en un par trágico en la iterativa queja verbal del deprimido ya consolidado como tal, que traduce la máxima indefensión en que puede caer el ser humano. Quien se sienta indigno de vivir es probable que busque la muerte acudiendo al suicidio o a la eutanasia si ello es permitido por la ley.

Es curioso que existen pocos trabajos sobre el estado psíquico de los moribundos. Ya dimos una explicación de esta falencia que puede solventarse como indicaré mas adelante.
En el tratado de Manfred Bleuler, J. Willy y H. R. Bühler, "Síndromes psíquicos agudos en las enfermedades somáticas", el último de los autores se ocupa de los cambios psíquicos en la agonía, sobre la base de una investigación realizada en 15 moribundos del servicio terapéutico de crónicos del Hospital de Zurich (Suiza) (5).

Como no se encontraron signos clínicos que anunciaran la agonía, se guiaron por la observación empírica. Tres enfermos a los que se supuso agónicos fueron dados de alta y quedaron los 15 que fueron seguidos durante cinco semanas promedio.

En los 15 moribundos -dice Bühler- se produjeron psicosis que pueden homologarse a los tipos de reacción exógena aguda, descripta por Bonhoefer. No se encontró conexión alguna específica entre la enfermedad que condujo a la muerte (en 11: cáncer) y la forma del trastorno mental. La mayoría tuvo, en las últimas semanas de vida, claros síntomas depresivos, que el autor no tuvo en cuenta. Esta afirmación no desmerece el valor del trabajo que da mucha información acerca de cómo transcurre la agonía.

Es importante destacar que si se tuviera en cuenta el trastorno depresivo, muchos pedidos de eutanasia o de suicidio asistido, hubieran terminado con la indicación de un tratamiento psicoterapéutico y farmacológico. Las depresiones francas o enmascaradas reducen en forma superlativa la t

 

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