El rol del sistema nervioso entérico en la salud

La percepción desde el intestino se piensa que es mediada por los nervios extrínsecos. El vago y el plexo sacro parasimpático llevan un gran número de fibras aferentes sensoriales. De hecho, el nervio vago es 90% aferente. Estos nervios llevan sensaciones viscerales no dolorosas. Los receptores de esta vía se encuentran en la mucosa y la pared muscular. Las aferencias espinales hacia la médula espinal toracolumbar son más importantes en la percepción del dolor. Estos receptores están localizados en la muscularis y el mesenterio y hacen sinapsis en el asta dorsal de la médula espinal, donde también están localizadas las neuronas somáticas cutáneas.

El estímulo visceral doloroso puede desencadenar un dolor somático referido basado en esta localización común. Las aferencias espinales entran a la médula espinal y hacen sinapsis con las neuronas del asta dorsal de la médula en varios niveles, contribuyendo así a la naturaleza vaga y difusa del dolor abdominal visceral.  En el sindrome de intestino irritable, estos patrones de referencia están extendidos, lo cual indica que el procesamiento del dolor a nivel espinal puede estar alterado. Las vías descendentes desde el tronco cerebral mediadas por la serotonina y opiáceos endógenos pueden inhibir la descarga de la neurona del asta dorsal, reduciendo así el dolor.

El procesamiento de la percepción visceral a nivel cerebral involucra varios centros: 1- El tálamo recibe los estímulos espinales y del tronco cerebral a través del haz espinotalámico y espinoreticular y probablemente actúa como un relevo de centros más altos. 2- La corteza insular es la corteza de la percepción visceral para estímulos dolorosos