Actualización | 11 DIC 02

La enfermedad de masas sociogénica

Los episodios de enfermedad de masas sociogénica son progresivamente reconocidos como un problema sanitario y social.
Autor/a: Dres. Bartholomew RE, Wessely S Br J Psychiatry 2002 Apr;180:300-6
INDICE:  1. Desarrollo | 2. Desarrollo
Desarrollo

Durante este período encuentran estallidos de histeria motora, con convulsiones, contracturas, temblores y ataques de risa; muchos de estos episodios en colegios europeos, especialmente de Alemania, Suiza y Francia, que vinculan con la estricta disciplina académica imperante en esos establecimientos. Los síntomas se apaciguaban después de las horas de clase y recrudecían al entrar a las áreas del colegio.

El tercer momento lo ubican en el sigo XX, que introduce diferencias en estos episodios de histeria colectiva, tanto en sus manifestaciones como en los estímulos que lo provocan y en el contexto socioambiental en que se producen. Señalan que predominarían las preocupaciones concernientes a la calidad de la comida, el aire y el agua, y especialmente miedos imaginarios o exagerados relativos a olores misteriosos. Encuentran episodios masivos ocurridos en Europa, Asia y América, en escuelas, organizaciones laborales y bases militares. El percibir olores extraños y la presunción de la presencia de gases tóxicos son causales de episodios de histeria masiva en comunidades más amplias, que incluyen a veces el temor a las armas químicas y biológicas. En dos episodios ocurridos ya en las décadas del 30 y del 40, uno en una zona rural de Virginia y otra en Matoon, Illinois, los síntomas percibidos que llevaron a las consultas masivas a los servicios de emergencia fueron dificultad para respirar, nauseas, cefaleas,  vértigos y sensación de debilidad.

Notan un recrudecimiento de esta tendencia a partir de la década del 80. En todos los casos hay un referente en la realidad, real o imaginario, que hace que se interpreten como nocivos estímulos (olores, sabores, etc.) inocuos. Los rumores de ataques con gases tóxicos produjeron epidemias de trastornos psicogénicos tanto entre residentes de la Franja de Gaza (1983) como entre estudiantes rusos (1989). En cada caso los malestares emularon los síntomas producidos por los tóxicos presuntamente inhalados, como dolores abdominales, mareos, sequedad de garganta y hasta irritaciones en la piel. En cada caso, la sintomatología fue congruente con la creencia en cuestión, y lo es en multiplicidad de situaciones similares.

Mencionan que después del ataque a las Torres Gemelas la población norteamericana está especialmente sensible a potenciales ataques con armas químicas y biológic

 

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