Según describen los autores en su introducción, la polimialgia reumática (PR) y la arteritis de células gigantes (ACG) están estrechamente relacionadas, afectan a personas de mediana edad y ancianos y es frecuente que se presenten en forma simultánea. Muchos especialistas consideran que son etapas diferentes de la misma enfermedad.
La PR (denominada en su primera descripción en 1988 como gota reumática senil) es una afección inflamatoria de etiología desconocida caracterizada por cefalea y rigidez matinal de la región cervical y los hombros y la cintura pelviana, que ocurre con mayor frecuencia en los ancianos. En 1963 se definió el carácter no erosivo articular y en 1990 se agregaron la tumefacción de las manos y el edema. Usualmente responde con rapidez a las dosis bajas de corticosteroides y tiene un pronóstico favorable.
La artritis de células gigantes ( ACG) es una vasculitis crónica que afecta a los vasos grandes y medianos. Aunque puede ser difusa, la inflamación vascular sintomática por lo común toma las ramas craneanas de las arterias que salen del arco aórtico. Si bien se conocía hacía 40 años, recién en 1930 Horton describió la arteritis granulomatosa de los vasos temporales y recién hacia 1950 se aceptó la relación entre la PR y la ACG.
Epidemiología y criterios diagnósticos:
La polimialgia reumática (PR) aparece en 1 cada 133 individuos mayores de 50 años, una frecuencia mayor que la de la ACG. Pero de acuerdo con datos de autopsias, dicen los autores, puede ser más frecuente que lo que muestra su expresión clínica y tiene el doble de frecuencia en las mujeres. Predomina en las latitudes más altas y últimamente parece haber aumentado la ACG con estabilidad de la prevalencia de la PR.
Los criterios diagnósticos actuales para la PR fueron formulados empíricamente por Chuang y col. y Healey y col. pueden verse en el siguiente cuadro.
Dos grupos de criterios diagnósticos para la polimialgia reumática
Criterios de Chuang y col. 1982
Edad 50 años
Dolor y rigidez de 2 mes o más y compromiso de 2 de las siguientes áreas: cuello o
tronco, hombros o regiones proximales de los brazos, y caderas o la parte proximal
de los muslos
Eritrosedimentación mayor de 40 mm/h
Exclusión de todos los diagnósticos excepto ACG
Criterios de Healey, 1984
Dolor persistente por lo menos de 1 mes y compromiso de 2 de las siguientes áreas;
cuello, hombros y cintura pelviana
Rigidez matinal de más de 1 hora de duración
Ausencia de otras enfermedades capaces de causar síntomas musculoesqueléticos
Edad mayor de 50 años
Eritrosedimentación mayor de 40 mm/h
Para todos los pacientes en los que se sospecha ACG se recomienda la biopsia de la arteria temporal. El compromiso inflamatorio arterial más bien es intermitente. Al examen físico la arteria temporal es claramente anormal y solo se necesita una muestra pequeña para el examen histopatológico. Cuando las arterias extracraneanas son normales a la palpación pero se sospecha una ACG el segmento de la biopsia debe ser mayor (3 a 5 cm) y si el resultado es normal, hay que considerar repetir la biopsia del otro lado. Con este criterio, los autores afirman que solo tienen un 10% de negatividad en las biopsias. Se aconseja hacer la biopsia antes del tratamiento pero aun se puede ver patología luego de 2 semanas de iniciada la corticoterapia.
Los estudios de población han demostrado una incidencia de PR comprobada por biopsia de 16 a 21%. Por el contrario, los síntomas de PR se han encontrado en 40 a 60% de los pacientes con ACG y puede aparecer antes, simultánea o después que ella. Los pacientes sin síntomas de claudicación o anormalidad de las arterias temporales al examen tienen una probabilidad elevada de tener una biopsia normal. Por lo tanto, dicen los autores, la biopsia de la arteria temporal se hará solamente en los pacientes con PR que tienen síntomas o signos craneanos.
Traducción y resumen objetivo: Dra. Marta Papponetti. Especialista en Medicina Interna. Docente Autorizada de la UBA.