La Hipertensión arterial (HTA) es el factor de riesgo más importante de enfermedad cardiovascular. La prevalencia de la HTA entre los adultos canadienses llega aproximadamente al 22%, siendo muy superior entre los ancianos. El 47% de los hombres y 65% de las mujeres de 65 años o más que residen en Ontario son hipertensos.
Se han desarrollado normas para el tratamiento de la HTA, las cuales han sido publicadas y actualizadas en Canadá durante más de 20 años. Hasta las guías más recientes de los años 1999 y 2000 y sobre la base de la evidencia disponible, los diuréticos y los bloqueantes beta son los medicamentos de primera línea que se recomiendan para los ancianos con HTA no complicada. Sin embargo, los autores consideran que es poca la información existente sobre la influencia de esas normas sobre la modalidad de prescripción de los médicos canadienses. Estudios previos con muestras pequeñas de médicos y pacientes solo examinaban la tendencia durante un periodo de 3 años o solo hacían la observación en dos momentos diferentes.
Los autores manifiestan que se han implementado varias estrategias para mejorar la práctica de la prescripción, como conferencias, recordatorios y visitas de promotores sanitarios. Por ejemplo, dicen, en el caso de la HTA, se han hecho trabajos aleatorizados controlados basados en recordatorios de las normas colocados en las historias de los pacientes y un programa académico detallado, con la finalidad de modificar el modo de prescripción de los médicos.
Esos métodos han tenido grados de éxito variables. En 1995, el Ministerio de Salud de Ontario publicó la Guía para le Tratamiento de la Hipertensión no complicada, en la cual se incorporaron las actualizaciones y las revisiones de las recomendaciones surgidas del informe de 1993. Esas normas, publicadas en forma abreviada, tienen un mensaje constante y sencillo con la recomendación de utilizar diuréticos en dosis bajas, seguidos por dosis bajas de bloqueantes beta en los ancianos con HTA no complicada. También están incluidos los costos mensuales de las medicaciones disponibles. Esta guía simplificada fue enviada por correo a más de 17.000 médicos de Ontario.
Con la finalidad de analizar la aceptación de esas normas entre los médicos prescriptores, los autores examinaron las tendencias de la medicación inicial prescrita en los ancianos con HTA no complicada de reciente diagnóstico, entre 1993 y 1998. Se examinó si la publicación de las normas de Ontario tuvo influencia sobre la práctica de la prescripción, como así los factores inherentes a los pacientes que podían predecir el uso de diversos agentes antihipertensivos.
Métodos:
Se utilizó una base de datos administrativa conectada, conteniendo información sobre más de 1.2 millones de residentes en Ontario de 65 años o más. El análisis se centró en las prescripciones realizadas desde 1993 hasta 1998 para los pacientes que comenzaron a recibir medicación antihipertensiva para el tratamiento de su HTA y se analizaron los efectos de las guías simplificadas que fueron distribuidas en julio de 1995.
Las contraindicaciones potenciales y las comorbilidades de los pacientes fueron identificadas según los códigos de la International Classification of Disease, Ninth Revision, Clinical Modification (ICD-9-CM) y la identificación de los fármacos antihipertensivos se hizo de acuerdo con las solicitudes del Ontario Drug Benefit hasta diciembre de 1998. Fueron excluidos los pacientes con antecedentes de infarto de miocardio o angina, insuficiencia cardíaca congestiva, arritmia, nefropatía, hepatopatía registrados en los 4 años previos en el hospital o 1 año en la base de datos. También se tuvieron en cuenta las contraindicaciones potenciales y las relativas para el uso de ciertos antihipertensivos.
Resultados:
Los agentes diuréticos fueron los medicamentos prescritos con mayor frecuencia, con una tasa anual de 35% a 38% a través de todo el estudio. La prescripción de beta-bloqueantes subió del 12% al 16%, mientras que los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) llegaron del 27% al 32% de las prescripciones. Los bloqueantes de los canales de calcio cayeron significativamente de 23 a 14%. Sin embargo, dicen los autores, la publicación y la difusión de la Guía para el Tratamiento de la Hipertensión de Ontario no tuvieron efectos estadísticamente significativos sobre la proporción de pacientes que comenzó su tratamiento con un diurético, un beta-bloqueante, un IECA o un bloqueante cálcico.
Traducción y resumen objetivo: Dra. Marta Papponetti. Especialista en Medicina Interna. Docente Autorizada de la UBA.