Golpeando a la puerta de cada uno de nuestros órganos y sistemas, la crisis tampoco da tregua al cuerpo femenino. Así lo indica un relevamiento realizado por un grupo de ginecólogas del equipo de Menopausia hoy -dedicado a la atención clínica y la prevención de problemas ginecológicos-, que se propuso evaluar las variaciones de la incidencia de signos y síntomas ginecológicos a partir de los cambios económicos, políticos y sociales que sufrió el país desde fines del año último.
La muestra fue elaborada sobre 5893 consultas recibidas en consultorios (de pacientes particulares y de obras sociales), comparó los datos obtenidos entre marzo y julio de 2001 con los registrados entre enero y mayo de 2002 y arrojó entre sus resultados un crecimiento del 27,4% de candidiasis recurrente, un 22% de los trastornos sexuales y un 11% de exacerbación de síntomas climatéricos (sofocos, sudoraciones, irritabilidad, insomnio).
"La crisis económica, social y de inseguridad que vive nuestro país son factores desencadenantes del stress emocional. Estas situaciones de tensión activan mecanismos de inmunodeficiencia que, con la cronicidad, se traducen en patología orgánica", explica el informe elaborado por las ginecólogas Cristina Portianko, Clara Veretilne, Georgina Blanco, Mabel Díaz y Estela Savino.
La muestra incluyó pacientes de entre de 20 y 70 años. Otros datos observados fueron un crecimiento del 19,2% de casos de herpes vulvar, un 15% más de alteraciones del ciclo menstrual (atrasos y adelantos de la menstruación, mayor dolor menstrual o dismenorrea, pérdidas intermenstruales) y un 4,8% de incremento de la urgencia miccional (mayor necesidad de orinar, con o sin ardor, y más cantidad de micciones nocturnas).
"Todas las patologías que registran aumento son las que pueden tener factores emocionales como desencadenantes", dijo a LA NACION la doctora Veretilne.
En el campo de la ginecología psicosomática se ha estudiado el modo en que las vinculaciones entre ciertas funciones cerebrales y endócrinas con la función sexual pueden explicar la influencia de los factores psíquicos sobre el aparato genital de la mujer.
"El stress actúa sobre los sistemas que regulan la actividad neurovegetativa y hormonal (en la que interviene la glándula hipófisis), modificando la producción de hormonas como el cortisol, las ováricas y las tiroideas -explicó la doctora Portianko, docente adscripta de la Facultad de Medicina de la UBA-. Como consecuencia, se puede suprimir, reforzar o modificar la respuesta inmune."
En este sentido, "una depresión provocada por el cortisol facilita el desarrollo de infecciones bacterianas y virósicas, como ocurre con las candidiasis o el herpes".
Elegir la profilaxis
En el caso de las alteraciones sexuales, lo que se observa es disminución de la libido y de la frecuencia en las relaciones sexuales.
Las especialistas aclaran que se puede hablar de psicopatología ginecológica cuando -luego de estudios exhaustivos- se comprueba que las enfermedades aparecen como producto de stress de cualquier origen (laboral, por traumatismos, psicógeno -miedos, pérdidas familiares, ansiedad, etc.-), y no se cuenta con una interpretación etiológica (del origen) específica.
El consejo de las ginecólogas es ambicioso, pero necesario: "La profilaxis es fundamental. Hay que tratar de evitar el stress por todos los medios posibles. Si bien esta medida encuentra a veces obstáculos insalvables, cada mujer tiene la posibilidad de elegir medidas para evitar stress en su vida cotidiana".
Además, agregan, no se debe dejar pasar la consulta frecuente con el médico de cabecera.