Desde el primer estudio que separó a la enfermedad de Crohn de la colitis ulcerosa, el problema clínico de distinguir entre ambas enfermedades ha estado cargado de dificultades. Ambas comparten muchas características clínicas y patológicas y a pesar de la extensa investigación, su etiología permanece elusiva.
En ausencia de una etiología y patogenia conocidas, el diagnóstico definitivo se basa en los cambios morfológicos en el intestino, identificados mediante endoscopía, radiología o histopatología. Incluso aunque esta última brinda una importante contribución al diagnóstico de enfermedad inflamatoria intestinal, no siempre es el árbitro final dado que existe considerable variación entre experimentados patólogos gastrointestinales en la diferenciación de la enfermedad de Crohn de la colitis ulcerosa.
De ello resulta que entre un 5% y un 20% de los casos son clasificados como colitis indeterminada, dado que no se hallan criterios clínicos, radiológicos e histopatológicos que permitan un diagnóstico claro de una u otra enfermedad.
En años recientes de han realizado esfuerzos considerables para desarrollar marcadores sexológicos para el diagnóstico de estas patologías. Los anticuerpos anti-saccharomyces cerevisiae han demostrado en algunos estudios poseer alta especificidad, pero su sensibilidad es baja. Similarmente, un estudio preliminar sugiere que el nivel sérico de CD30 está incrementado en la colitis ulcerosa pero no en el Crohn.
Bezabeh y colaboradores han reportado el uso de la espectroscopia por resonancia magnética (MRS: magnetic resonance spectroscopy) para distinguir entre ambas entidades en las biopsia de mucosa colónica. Se trata de un estudio prolongado e importante y no de una prueba simple que diferencia entre estas 2 enfermedades con una certeza del 100%.
Se obtuvieron biopsias colónicas de pacientes con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa confirmadas y fueron sometidas a MRS, analizándose los datos espectrales por medio de un método de variables múltiples. También se testearon biopsias de mucosa colónica, endoscópica e histológicamente normales, tomadas de pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal e incluso de enfermos con carcinoma colorrectal, como controles.
Se obtuvo una certeza diagnóstica entre ambas patologías del 98.6%, con sólo un caso de Crohn mal clasificado. Además, la precisión en la diferenciación de la enfermedad inflamatoria intestinal con los controles normales fue del 97.9%.
Sin embargo, este estudio tiene algunas limitaciones. Primero, aunque la discriminación entre la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn es muy alta, no es absoluta. Segundo, el análisis espectral no fue ciego en relación con el diagnóstico, lo que puede ser causa potencial de desviaciones. Tercero, el número de pacientes incluidos en el estudio fue pequeño.
Por ello es necesaria la realización de estudios prospectivos, doble ciego, en diferentes centros para ver si los resultados de este trabajo pueden ser reproducidos.
Bibliografía:
Bezabeh T, Somorjai RL, Smith ICP et al. The use of 1H magnetic resonante spectroscopy in inflammatory bowel diseases: distinguishing ulcerative colotis from Crohn's disease. Am. J. Gastroenterol., 2001; 96: 442-8.