Este estudio analiza la frecuencia con que se transmite el VIH-1 a los niños a través de la leche materna, realizando un seguimiento a madres que amamantaban a sus hijos, y a los niños alimentados con fórmulas artificiales. Ahora, con los mismos datos obtenidos en dicho estudio, los autores examinan el efecto de la lactancia natural en los índices de mortalidad materna durante los dos años siguientes al parto.
Ruth Nduati del Departamento de Pediatría de la Universidad de Nairobi, en colaboración con la Universidad de Washington, llevó a cabo un seguimiento de las madres y los niños, mensualmente, a lo largo del primer año, y trimestralmente durante el segundo.
La mortalidad entre las madres era más alta si alimentaban con lactancia natural a sus hijos, que si lo hacían con formulas artificiales, con una probabilidad acumulativa de muerte a los veinticuatro meses del 10.5 por ciento y 3.8 por ciento respectivamente; y un riesgo atribuible de muerte materna debida a lactancia natural del 69 por ciento.
Los autores demuestran que había una relación entre la muerte de la madre y la subsiguiente muerte del niño, incluso después de que la infección por VIH hubiera sido controlada en el niño.
Estos resultados sugieren, según los autores, que la lactancia natural en mujeres infectadas por HIV puede ocasionar resultados adversos tanto para la madre como para el niño.
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