Patología de la cadera | 28 MAY 01

Importancia de la valoración de la coxodinea en el adolescente

El autor enfatiza sobre la tracendencia de la detección precoz, diagnóstico correcto y orientación terapéutica adecuada de la patología de la cadera durante la adolescencia con el objeto de optimizar los resultados y pronósticos a largo plazo.
Autor/a: A. Catterall 

Desafortunadamente, mucha gente ingresa en la adolescencia o a la adultez joven con secuelas postquirúrgicas de cadera. Cuando se valora a estos pacientes, es esencial establecer el diagnóstico general del problema. No obstante la evidencia de un diagnóstico de enfermedad de Perthes o de displasia acetabular, el mismo puede complicarse por problemas de cambios avasculares o posible déficit neurológico y es esencial que el diagnósrtico cubra todos los  aspectos del problema.

El potencial para la remodelación de la cadera a largo plazo, establece la necesidad del tratamiento quirúrgico. Dicho potencial está supeditado a un número de factores. El primero de ellos es un acetábulo horizontal con una amplia superficie de apoyo. Éste debería estar orientado en ese plano para una mejor transmisión de la carga. El 20% lateral de la superficie de apoyo se forma como resultado de la fusión de la epífisis acetabular lateral y su falla se traduce en un segmento lateral inestable. Este segmento del acetábulo, que incluye el labrum o limbo, está  expuesto, si es inestable, a cambios degenerativos, pudiendo el mismo labrum llegar a desgarrarse o desprenderse.

El siguiente requerimiento esencial para la función normal es la congruente relación  céfalofemoral durante la posición de bipedestación del paciente. Puede existir la deformidad de la cabeza femoral, pero si la misma es estable en la posición neutra  de carga, puede esperarse una buena función a largo plazo. Es un principio terapéutico verificar la estabilidad de movimiento en la posición de carga.

El tercer factor importante es el impacto de la diferencia de longitud del miembro y el radio de abducción. Para la marcha normal solo se requieren unos pocos grados de abducción, pero esto aumenta, si hay acortamiento, en un índice de 10° de abducción por cada cm. de diferencia de longitud. Debería ser un principio directriz, por lo tanto, obtener la isolongitud de los miembros como resultado del tratamiento quirúrgico, con un adecuado rango de abducción, combatiendo toda discrepancia.

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