La Academia Estadounidense de Oftalmología advierte al público contra dos cirugías de cambio de color de ojos que son tendencia en las redes sociales: la cirugía de implante de iris y una cirugía con láser que inserta pigmento en la córnea. Ambas cirugías conllevan graves riesgos de pérdida de visión y complicaciones. Estos riesgos y complicaciones deben informarse plenamente a los pacientes que contemplan estos procedimientos solo por razones estéticas ya que deben sopesar estos graves riesgos frente a los posibles beneficios.
Los implantes de iris han sido aprobados por la FDA para pacientes a quienes les falta parte o la totalidad del iris, la parte coloreada del ojo, debido a una lesión o un defecto de nacimiento. La cirugía consiste en insertar un iris artificial hecho de silicona a través de una hendidura que se ha practicado en el ojo en el borde de la córnea. Luego, el iris artificial se despliega dentro del ojo y se ajusta para cubrir el iris natural.
Los pacientes que se someten al procedimiento por razones médicas también corren el riesgo de sufrir complicaciones por la cirugía de implante, pero los beneficios de obtener un iris pueden superar sus riesgos. En algunos casos, estos dispositivos han sido adaptados de forma inadecuada para uso cosmético. En lugar de reparar un defecto, se colocan encima de un iris normal e intacto para cambiar el color del iris. Se han informado complicaciones graves en pacientes que reciben implantes de iris por razones estéticas, requiriendo incluso la extracción del implante.
Las posibles complicaciones de la cirugía cosmética de implante de iris incluyen:
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