Cada 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del Accidente Cerebrovascular (ACV), una patología que alcanza a 14 millones de personas por año en todo el mundo. Estos eventos representan la principal causa de discapacidad por las posibles secuelas. En ese sentido, profesionales de la salud insisten en la prevención y en la consulta temprana ante los primeros síntomas.
Estilo de vida y factores de riesgo
Expertos de la Federación Argentina de Cardiología (FAC) resaltan que realizar ciertos cambios puede incidir en la frecuencia de los ACVs y a la vez se beneficia todo el sistema cardiovascular. Una dieta balanceada y la actividad física son la base de la prevención. “Las llamadas dieta mediterránea y DASH se asocian a la disminución de factores de riesgo vascular en general. Ambas, con algunas diferencias, se caracterizan por bajo consumo de carnes rojas, alto consumo de legumbres, frutas, vegetales, grasas mono y poliinsaturadas presentes en los pescados azules como salmón, anchoas, caballa, sardinas y atún, y en aceites como oliva, canola y soja, además de bajo consumo de sodio”, señala el doctor Gerardo García Mallea, cardiólogo y Presidente del Comité de Enfermedad Vascular Periférica y Stroke de la FAC.
En tanto, la actividad física es otro factor muy importante ya que tanto la indicación clásica de 150 minutos de ejercicio por semana, como actualmente de períodos de actividad de 20 minutos diarios de actividad física intensa demostraron reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular.
Desde la FAC también ponen el acento en los principales factores de riesgo a considerar. Entre ellos están el tabaquismo, la obesidad y la ingesta excesiva de alcohol. Pero el principal es la hipertensión arterial, asociada tanto a los ACV isquémicos como hemorrágicos. Otro es la Fibrilación Auricular (FA) que “conlleva a un aumento de cinco veces el riesgo de ACV, debido al potencial tromboembolígeno”, señala García Malea. “En estos casos la evaluación del riesgo de ACV cardioembólico es prioritaria para determinar la indicación de tratamiento anticoagulante teniendo en cuenta, además, el riesgo de sangrado”, concluye. Por último, existen otros factores de riesgo muy importantes, como el infarto de miocardio, la enfermedad arterial periférica, el foramen oval permeable, el haber presentado un ACV previo.
Síntomas, cuando el tiempo cuenta
Como es sabido, el ACV se produce cuando un vaso sanguíneo que lleva sangre y oxígeno al cerebro se obstruye o bien se rompe. Los primeros síntomas que se manifiestan son parálisis, debilidad, problemas del lenguaje y de vista. Frente a esta situación, expertos de la FAC difunden el acrónimo R.A.P.I.D.O. que marca un simple y breve chequeo para que las personas puedan actuar y buscar atención médica inmediata, con el fin de evitar posibles secuelas.
• R: Rostro caído
• A: Alteración en el equilibrio
• P: Pérdida de fuerza de brazo y/o pierna
• I: Impedimento visual repentino
• D: Dificultad para hablar
• O: Obtener asistencia médica