Unidad de Gastroenterología Infantil del Hospital Público Materno Infantil de Salta | 31 JUL 23

Pesquisa de detección precoz de la atresia de vía biliar a través de código QR

Es la causa del 40% al 50% de todos los trasplantes hepáticos en niños
Autor/a: Dra Cinthia Bastianelli, Adriana Spiess, Analia Gallardo. 
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La atresia de vías biliares (AVB) es la causa más frecuente de ictericia obstructiva en los primeros tres meses de vida y es responsable del 40% al 50% de todos los trasplantes hepáticos en niños en el mundo. Si bien la etiología de la AVB es desconocida, se la asocia a anomalías del desarrollo, fenómenos isquémicos, malformaciones arteriales e infecciones virales.

La AVB es un proceso inflamatorio fibroesclerosante y obstructivo, que afecta a los ductus biliares intra y extrahepáticos, que finaliza con la fibrosis y obliteración del tracto biliar con desarrollo de cirrosis biliar, hipertensión portal y falla hepática, provocando la muerte a los 2 a 3 años de vida, si no media una intervención quirúrgica. La cirugía temprana, hepato-porto enteroanastomosis u operación de Kasai, antes de los dos primeros meses de vida, ofrece la mejor oportunidad de sobrevida del paciente con hígado nativo a largo plazo.

En el seguimiento de los pacientes con atresia de vías biliares (AVB) luego de la portoenteroanastomosis, más de la mitad, normalizan la bilirrubina dentro de los seis meses luego de la cirugía y la sobrevida a los 5 años con el hígado nativo es del 30% al 60%.

Aproximadamente, el 20% de los pacientes sometidos a la intervención quirúrgica sobreviven más allá de los 18 años. El nivel de bilirrubina sérica después de la cirugía, es el predictor evolutivo más importante. Su normalización nos anticipa una evolución favorable en el largo plazo.

Se estima que la prevalencia mundial de la enfermedad oscila entre el 1 en 6000 a 19.000 Recién Nacidos Vivos (Taiwan: 1:6.000; USA: 1:12.000; Europa: 1:18.000; Canadá 1:19.000), se presenta en todas las regiones del mundo, pero es más frecuente en los países asiáticos y en el sexo femenino.

Existe firme consenso en la literatura pediátrica, que los esfuerzos para la detección precoz de la atresia biliar no deben demorarse, ya que su pronóstico depende de un diagnóstico y tratamiento precoz; esto continúa siendo un desafío para el pediatra.

En los casos de ictericia que se prolongan más allá de las dos semanas de vida es imprescindible realizar la determinación de la bilirrubina directa sin demoras y siempre evaluar la coloración de la materia fecal.

  • La presentación clínica de AVB es habitualmente, un recién nacido de término, con peso adecuado, aspecto normal, con ictericia progresiva y acolia entre las 2 y 6 semanas de vida.
     
  • La coluria y la decoloración de las heces, son elementos importantes en el examen clínico.
     
  • La hepatomegalia se encuentra siempre presente, de consistencia aumentada y en ocasiones acompañada de esplenomegalia.

El diagnóstico de atresia de vías biliares (AVB) debe ser considerado en un lactante, de un mes de edad, ictérico, con heces acólicas y hepatomegalia.

Si la porto-entero-anastomosis, se realiza durante los primeros 60 días de vida, aproximadamente un 70% de los pacientes restablece el flujo biliar, mientras que, luego de los 90 días, lo obtendrán menos del 25% de los pacientes operados.

La detección de lactantes ictéricos con deposiciones acólicas o hipocólicas mediante el método de tamizaje con tablas de colorimétricas es factible, simple, no invasivo y de bajo costo. Estas representan una oportunidad única para detectar la colestasis neonatal a una edad temprana.

Matsui y Dodoriki (1995), en Japón desarrollaron las tablas colorimétricas, logrando a través de ellas realizar la operación de Kasai antes de los 60 días de vida.  

El tamizaje universal en Taiwán fue establecido, utilizando un método similar, aumentando la sensibilidad para la detección de la AB de 72,5% a 97,1% desde el 2004- 2005.

En nuestro país se realizó en el Hospital Nacional Prof. A. Posadas (1999-2002) un estudio piloto, prospectivo, observacional, usando el método de tamizaje de las heces con tarjetas colorimétricas impresas, en todos los RN que nacieran en el hospital y fueran atendidos en el control del primer mes. De un total de 12.484 niños, 4.239 (33,9%) concurrieron a la visita del primer mes con la tarjeta colorimétrica. Se identificaron 18 con deposiciones hipo/acólicas, de los cuales sólo 4 presentaron enfermedad colestática. Los diagnósticos definitivos fueron: síndrome de Alagille, hepatitis luética, colestasis neonatal transitoria y litiasis biliar. Si bien no se identificó ningún caso de AVB, la prueba de tamizaje demostró ser de utilidad para la detección de otras causas de CN.

 

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