Obesidad, síndrome metabólico y presión arterial alta | 27 ABR 23

Las siestas más largas se relacionan con un mayor riesgo metabólico

Posibles mediadores del estilo de vida en la asociación entre siestas largas y alteraciones metabólicas
Autor/a: Barbara Vizmanos, Ana Isabel Cascales, María Rodríguez-Martín, Diego Salmerón, Eva Morales, et al. Lifestyle mediators of associations among siestas, obesity, and metabolic health

A través del análisis de datos, los investigadores encontraron que las personas que dormían largas siestas tenían índices de masa corporal más altos y eran más propensas a tener síndrome metabólico que aquellas que no dormían siestas.

Estilos de vida mediadores de asociaciones entre siestas, obesidad y salud metabólica

Resumen

Objetivo

El objetivo de este estudio fue determinar la asociación entre siestas/no siestas y obesidad, considerando la duración de la siesta (larga: >30 minutos, corta: ≤30 minutos), y probar si las características de la siesta y/o los factores del estilo de vida median la asociación de las siestas con obesidad y síndrome metabólico (MetS).

Métodos

Este fue un estudio transversal de 3275 adultos de una población mediterránea (el estudio Obesity, Nutrigenetics, TIming, and MEditerranean [ONTIME]) que tuvieron la oportunidad de tomar siestas porque está arraigado culturalmente.

Resultados

El 35% de los participantes solían hacer siestas (16% siestas largas). En comparación con el grupo sin siesta, las siestas largas se asociaron con valores más altos de IMC, circunferencia de la cintura, glucosa en ayunas, presión arterial sistólica y presión arterial diastólica, así como con una mayor prevalencia de MetS (41%; p = 0.015). En cambio, la probabilidad de tener PAS elevada fue menor en el grupo de siesta corta (21%; p = 0,044) que en el grupo de no siesta.

Fumar una mayor cantidad de cigarrillos por día medió la asociación de siestas largas con un IMC más alto (en un 12%, porcentaje de asociación mediado por el tabaquismo; p < 0,05). De manera similar, los retrasos en los horarios de sueño y alimentación nocturnos y una mayor ingesta de energía en el almuerzo (la comida que precede a la siesta) mediaron la asociación entre un IMC más alto y siestas más largas en un 8%, 4% y 5% (todos p < 0,05).

La siesta en la cama (vs. sofá/sillón) mostró una tendencia a mediar la asociación entre siestas largas y PAS más alta (en un 6%; p = 0,055).

Conclusiones

La duración de la siesta es relevante en la obesidad/MetS. El momento de dormir y comer durante la noche, la ingesta de energía en el almuerzo, el tabaquismo y el lugar de la siesta mediaron en esta asociación.


Importancia del estudio

¿Qué ya se sabe?

La siesta del mediodía, es una práctica común en numerosos países para recuperarse de los efectos nocivos del sueño insuficiente. Sin embargo, la relación entre las siestas y la salud metabólica aún no se comprende bien.

¿Qué agrega este estudio?

Este estudio, en una población mediterránea, demuestra que los que dormían mucho siesta tenían un IMC más alto y eran más propensos a tener síndrome metabólico que aquellos que no dormían siesta. Por el contrario, las personas que dormían siestas por poco tiempo tenían menos probabilidades de tener presión arterial sistólica elevada.

Identificamos posibles mediadores del estilo de vida en la asociación entre siestas largas y alteraciones metabólicas. Esos factores mediadores son el horario de sueño nocturno, el horario de alimentos, la ingesta de energía en el almuerzo, el tabaquismo y el lugar de la siesta (cama versus sofá).

¿Cómo podrían estos resultados cambiar la dirección de la investigación o el enfoque de la práctica clínica?

La duración de la siesta puede ser relevante en la práctica clínica para el tratamiento de la obesidad y el síndrome metabólico.

Los resultados requieren estudios para investigar si las siestas cortas son recomendables sobre siestas largas, especialmente en individuos con comportamientos que median la asociación entre siestas largas y obesidad, como comidas y horarios de sueño retrasados, o en aquellos que fuman. Además, se necesitan estudios para evaluar si una ingesta calórica más baja en el almuerzo disminuye los efectos nocivos de las siestas prolongadas sobre la obesidad y la presión arterial sistólica.


Comentarios

Es una costumbre común en algunos países que las personas tomen una siesta al mediodía. Dormir durante la mitad del día tiene el potencial de afectar la calidad del sueño, la función cognitiva y los procesos metabólicos. Sin embargo, la relación entre las siestas y la salud metabólica no se comprende bien. Un nuevo estudio dirigido por investigadores del Brigham and Women's Hospital, miembro fundador del sistema de salud Mass General Brigham, evaluó a más de 3000 adultos de una población mediterránea, examinando la relación de las siestas y la duración de la siesta con la obesidad y el síndrome metabólico.

Los investigadores encontraron que aquellos que dormían siestas de 30 minutos o más (siestas largas) tenían más probabilidades de tener un índice de masa corporal más alto, presión arterial más alta y un grupo de otras afecciones asociadas con enfermedades cardíacas y diabetes (síndrome metabólico) en comparación con los que no hacen siesta. Sin embargo, para aquellos que tenían siestas cortas, también conocidas como "siestas energéticas", este mayor riesgo de obesidad y alteraciones metabólicas no estaba presente. siestas Los resultados del equipo se publican en Obesity.

“No todas las siestas son iguales. La duración del tiempo, la posición del sueño y otros factores específicos pueden afectar los resultados de salud de una siesta”, dijo la autora principal Marta Garaulet, PhD, profesora visitante en la División de Trastornos Circadianos y del Sueño en el Brigham and Women's Hospital. “Un estudio anterior que realizamos en una gran población de estudio en el Reino Unido encontró que las siestas estaban asociadas con un mayor riesgo de obesidad. Queríamos determinar si esto sería cierto en un país donde las siestas están más arraigadas culturalmente, en este caso España, así como también cómo se relaciona la duración de las siestas con la salud metabólica”.

La obesidad es un problema de salud creciente que afecta a más de mil millones de personas en todo el mundo. La acumulación de grasa en el cuerpo está relacionada con la forma en que se digieren los alimentos durante los procesos metabólicos. Comprender cómo las elecciones de estilo de vida, como dormir la siesta, afectan estos mecanismos metabólicos podría ayudar a los investigadores a aprender cómo los hábitos influyen en la salud.

Los investigadores examinaron datos de 3275 adultos en una población mediterránea, específicamente personas de la región española de Murcia. Se midieron las características metabólicas de referencia de los participantes en la Universidad de Murcia y una encuesta sobre las siestas recopiló detalles adicionales sobre sus siestas y otros factores de estilo de vida. Esto resultó en las categorías de no siestas, menos de 30 minutos y más de 30 minutos.

 

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