Perspectiva de género | 23 MAR 23

Las transformaciones que posibilitan los feminismos en ciencia y tecnología

Cuatro científicas del CONICET reflexionan sobre la incidencia de la perspectiva de género en los procesos de investigación y señalan los aportes de este campo a la inclusión de mujeres y diversidades.

El pasado  8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer para reivindicar las luchas por la igualdad, el reconocimiento y el ejercicio efectivo de los derechos de estos colectivos. De hecho, el lema de este año de Naciones Unidas se centró en la inclusión digital al adoptar el lema “Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género”.

En esa línea cuatro científicas del CONICET analizaron  la incidencia de los feminismos en los procesos de investigación y mencionaron, desde sus disciplinas, algunos aportes de la ciencia y la tecnología a la inclusión de mujeres y diversidades. Aquí, sus experiencias.

¿Cambian los temas que se investigan?

La psicóloga y becaria del Consejo en el Instituto de Investigaciones Filosóficas (IIF, CONICET-SADAF) María Victoria Cano Colazo señaló que las mujeres han sido históricamente excluidas de la investigación. Por ello, estima fundamental poner en valor sus modos y estilos de producir saberes y otorgar “autoridad epistémica a las teorías generadas por las mujeres cuando durante mucho tiempo se las ha representado como inferiores o desviadas de la norma con respecto al modelo masculino”. Indicó, además, que hay que impulsar la construcción de conocimiento científico y tecnológico que no reproduzca o refuerce las jerarquías de género y explica que la incorporación del feminismo a la discusión pública ha impactado en las teorías, temas y metodologías de investigación.

De acuerdo a Laura Sarmiento, arquitecta e investigadora del CONICET en el Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (CIECS, CONICET-UNC), “los feminismos nos abren el horizonte de transformación, permiten poner en el centro de la agenda cuestiones que antes ni se podían nombrar, como las dimensiones de lo doméstico y de la vida cotidiana”.

“De alguna manera, corren el velo de la censura social y nos incomodan con una responsabilidad colectiva”, dijo Sarmiento para luego agregar que “han permitido crear retóricas para nombrar las injusticias que nos duelen como sociedad y así darnos la posibilidad de pensar y armar estrategias para su transformación”.

Por su parte, María Paula Raffo, bióloga e investigadora del CONICET en el Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR, CONICET), indagó en torno a las Ciencias Biológicas y la relación entre la manera de formular las preguntas científicas y el cambio de paradigma que genera el incorporar a la ciencia una mirada feminista. Por ejemplo, de acuerdo a la especialista, se evidencia el valor que se les atribuye a algunos organismos por ser especies carismáticas o estéticamente bellas. En contraste, el estudio de otros organismos no considerados con tales atributos se encuentra de modo frecuente con la pregunta por su utilidad. “Tenemos una mirada antropocéntrica donde lo que no es lindo tiene que ser útil. El feminismo nos ayuda a comprender que todas esas cosas son impuestas. Entonces, esto nos lleva a replantearnos qué estándares tenemos: ¿Debemos cumplir con esa belleza? ¿De dónde sacamos esos conceptos? ¿Por qué los aplicamos al estudio de la naturaleza?”, se preguntó la bióloga. Asimismo, enfatizó que la pérdida de hábitat y de recursos naturales repercute en la salud humana y en la economía: “Primero impacta en las minorías y, dentro de las minorías, siempre están las mujeres como un grupo en desventaja. Entonces, es fundamental repensar el cuidado del ambiente y la conservación incluyendo una perspectiva de género a la hora de hacer ciencia”, aseguró.

Sobre este aspecto, la astrónoma e investigadora del CONICET en el Instituto de Tecnologías en Detección y Astropartículas (ITeDAM, CONICET-CNEA-UNSAM) Beatriz García destacó que en su disciplina “tal vez no se modifican los temas de investigación, pero sí los grupos: donde hay mujeres, más mujeres se acercan para ver si pueden trabajar, planificar una tesis, realizar una investigación o colaborar en la comunicación pública de la ciencia”. Al respecto, sostuvo que la comunicación permite exponer los problemas que afectan a las feminidades -como situaciones de discriminación, desigualdades en las tareas de cuidado y el menor acceso que los varones a las categorías más altas de investigación- y también visibilizar su participación en ciencia y tecnología. “Mostrar a las mujeres como hacedoras del conocimiento no solo es reivindicativo, sino que es necesario para asegurar la igualdad y terminar con los estereotipos”, asevera.

Los procesos de investigación

Laura Sarmiento puntualizó que las investigaciones feministas son una epistemología distinta. “No solo por encarnar una perspectiva situada y, por consiguiente, transformadora de los modos ‘asépticos’ tradicionales de investigación, donde lo único que importa es el ‘objeto de investigación’, sino porque incorporan toda una ética relacional de categorías, donde se visibilizan y se nombran las relaciones de poder y sus jerarquizaciones”, detalló.

 

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