Música y ambiente | 30 OCT 22

La “Oración del remanso” recrudece

El clásico de Jorge Fandermole sobre los pescadores parece estar más vigente que nunca con la bajante del río Paraná y la quema de humedales. Las redes, cada vez más vacías.
Autor/a: Celina Abud Fuente: IntraMed 

Una canción fundamental dentro de la música popular argentina es “Oración del remanso”, compuesta e interpretada por el santafecino Jorge Fandermole y reversionada por numerosos  artistas, entre ellos Soledad, Ligia Piro, Nahuel Pennisi, Liliana Herrero y hasta la mismísima Mercedes Sosa.

A pesar de que cuenta una historia ajena para muchos, tiene la cualidad de emocionar a todos. Con melodía de chamamé del litoral, habla de un pescador del Remanso Valerio -un pequeño paraje de pescadores sobre el Río Paraná- que reza para volver a su casa con las redes llenas y a salvo de las inclemencias del tiempo.


La vida en Remanso Valerio gira en torno al río y los peces son la principal fuente de subsistencia de los pobladores. Pero debido a que en las localidades de Rosario y Granadero Baigorria (el paraje se encuentra en un punto medio entre ambas) hubo mucho crecimiento y obras, el ecosistema del remanso fue alterado y por consiguiente, muchas familias resultaron perjudicadas.

Históricamente, la locación fue protagonista de tragedias hasta que su condición fluvial hostil fue aplacándose. Para volver a salvo y pedir por la abundancia, en 1995 los pobladores levantaron en piedra al Cristo Pescador. Fandermole, al ver un cartel sobre la ruta 11 que invitaba a visitarlo, encontró la inspiración para, tres años después, componer la canción en la que un lugareño canta: “Cristo de las redes, no nos abandones. Y en los espineles, déjanos tus dones”.

Los versos conmueven al reflejar la batalla interna entre la fe y el hambre, una historia que no sólo alcanza al pescador sino a cualquier persona que se esfuerza sin ser siempre recompensada, pero que aún elige creer. “No pienses que nos perdiste, es que la pobreza nos pone tristes, la sangre tensa y uno no piensa más que en morir. Agua del río viejo, llévate pronto este canto lejos que está aclarando y vamos pescando para vivir”.

No se sabe con precisión cuando se levantó el barrio Remanso Valerio, pero se estima que está ahí desde antes de la fundación de Granadero Baigorria, en 1950. Se dice que en algún momento, un pescador vio que la zona era propicia para amarrar su canoa y armó su ranchito sobre la barranca, historia que se repitió hasta formar el paraje.

No es casualidad que el pescador se haya quedado allí, ya que la palabra “remanso” hace alusión  a “donde el río corre más lento”. Aunque en la canción de Fandermole se reflejan las inclemencias que surgieron más tarde, cuando en otra de sus estrofas dice “Calma de mis dolores, ay, Cristo de los pescadores, dile a mi amada que está apenada esperándome que ando pensando en ella mientras voy vadeando las estrellas, que el río está bravo y estoy cansado para volver”.

 

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