Un policial que indaga en los recuerdos de un niño

¿Cómo se construyen los recuerdos en el cerebro de un niño pequeño? Ese es el tema que atraviesa la miniserie policial francesa Mother is wrong (Maman a tort). La trama comienza cuando Malone, un pequeño de tres años, comienza a decir en el jardín de infantes que sus padres en verdad no son sus progenitores y que espera que su verdadera mamá “lo venga a buscar”.

Por estos dichos, un psiquiatra infantil, Vasile, visita Malone y comienza a creer en lo que dice, más allá de que los padres habían presentado todo tipo de certificaciones para probar que Malone era hijo de ellos y que simplemente tenía una “imaginación hiperactiva”.

¿Por qué Vasile cree en las palabras de Malone? Por los persistentes patrones en sus relatos y en sus dibujos. En solitario, y a pesar de tener a las autoridades del jardín en contra, el profesional contacta a  Marianne, una investigadora de la policía, convencido de que el niño había sido intercambiado.

Para que Marianne tome el caso, Vasile le explica sus conocimientos: que los chicos no pueden retener recuerdos por sí mismos antes de los tres años. Y que “alguien” estaba gatillando los recuerdos del niño, quien no hubiese podido recordar a “su verdadera madre” por sus propios medios.

Si llevamos la premisa de la serie a los papers, un estudio publicado en la revista Psychological Science citado por el diario español El País sostiene que un 40% de las personas posee recuerdos falsos sobre sus más tempranas infancias (hasta los dos años), como los primeros pasos o el haber estado en la cuna con los pañales puestos. Los análisis que trataron de determinar cuándo se forman las primeras memorias autobiográficas que perduran hasta la edad adulta concluyeron que no lo hacen antes de los tres o los cuatro años.