Laura Tardón | Madrid
Levantarse en mitad de la noche para echar la ropa sucia al inodoro creyendo que está poniendo una lavadora. O levantarse, también a horas intempestivas, para ir al garaje y comprobar, con total normalidad, que el coche esté correctamente cerrado. Quizás son situaciones raras e incluso increíbles para muchos, pero muy familiares para quienes tienen sonambulismo.
Esta alteración del sueño es "tremendamente frecuente. La padece entre el 15% y el 25% de los niños entre cuatro y 13 años; y aproximadamente un 3% de los adultos", expone Diego García-Borreguero, director del Instituto de Investigación del Sueño de Madrid. Esta diferencia de porcentajes, aclara el experto, se explica porque "con la maduración del cerebro suele desaparecer".
Quienes la sufren, como Sara, una mujer de 35 años, pueden levantarse, normalmente, en el primer tercio de la noche, y ponerse a caminar. "A veces me empeño en despertar a mi marido para hacer la cama porque llego tarde a trabajar". No es que ella se acuerde. Si conoce sus vivencias nocturnas es porque sus familiares se las van contando. "En alguna ocasión, al querer levantarme por la mañana, me daba cuenta de que estaba durmiendo en el suelo, debajo de la cama". Las causas del sonambulismo aún se desconocen, aunque existen varias hipótesis. "Se piensa que puede haber una disfunción en el proceso de maduración del sistema nervioso. No está muy claro. Lo que sí sabemos es que hay un factor genético". De hecho, según comenta el doctor García-Borreguero, "si un miembro de la familia está afectado, el riesgo de que otro pariente de primer grado lo tenga es 10 veces superior".
La asociación entre genética y sonambulismo se ve reforzada ahora por una nueva investigación que se ha publicado recientemente en la revista 'Neurology'. Un grupo de científicos comparó el ADN de varios miembros de una familia: nueve afectados por sonambulismo y 13 sanos. Así es como identificaron una mutación en el cromosoma 20 en el ADN de los quienes tenían la alteración del sueño.
El sonambulismo no es una enfermedad
"Estos resultados abren una posible vía para entender por qué se produce el sonambulismo", señala el especialista, quien puntualiza que no se trata de una enfermedad ni generalmente suele tener repercusiones en la salud. "El único problema médico que puede plantear es que algunas de sus manifestaciones puedan confundirse con un cuadro epiléptico o que quizás conlleve una situación de riesgo por accidentes, golpes o caídas".
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