Evaluación de la calidad de vida en sobrevivientes de cáncer infantil

Nuestros resultados muestran que tres cuartas partes de los sobrevivientes de cáncer infantil estudiados lograron una buena calidad de vida. Por las características de la enfermedad, procedimientos diagnósticos y terapéuticos, y repercusión personal y social del cáncer, nos parece que estos resultados son positivos y concuerdan con la literatura internacional 3. Sin embargo, no podemos compararlos con lo que ocurre a nivel nacional en nuestra población, porque no existen estudios al respecto.

La heterogeneidad del grupo, en cuanto a edad, permitió evaluar la calidad de vida en sujetos cuya sobrevida iba de los 5 a los 18 años. Los pacientes de mayor edad al momento del examen eran, al mismo tiempo, los que llevaban más años libres de la enfermedad y los que lograron menor puntaje en la escala de calidad de vida. La mayor distancia (en cuanto a tiempo transcurrido) con la situación generadora de estrés no facilitó la resolución de conflictos, los que se mantuvieron o empeoraron. Esto se podría relacionar con los siguientes elementos: 1) Al momento de enfermar estos sujetos, los esfuerzos del equipo oncológico estaban dirigidos a la sobrevivencia de los pacientes y en ese contexto es probable que los aspectos psicosociales no hayan sido abordados en su totalidad. 2) En la mayoría de los casos se mantuvo el secreto sobre el diagnóstico frente al niño, pero aún cuando en lo verbal no se exprese el problema, en el lenguaje no verbal y en los procedimientos terapéuticos el niño advierte la gravedad de la situación, aumentando su ansiedad al no poder compartirla con los demás. La ansiedad crónica lleva a perturbaciones en la salud mental y calidad de vida. 3) Desde el punto de vista social, los pacientes que han sufrido cáncer "no se mejoran"; este concepto está presente en la mayoría de los casos estudiados y les lleva a enfrentar con temor el futuro. Esto explica, en parte, la persistencia de la ansiedad y el miedo a la recaída y muerte observados.

El impacto de la enfermedad es distinto según sea la etapa del desarrollo en la que se encuentra cada paciente. Los sujetos en edad escolar se encuentran "protegidos" porque aún dependen en su autoimagen y valoración de la opinión de los adultos significativos y disponen de otros recursos, además de los propios para enfrentar problemas. Los adolescentes y adultos jóvenes muestran preocupación por su sobrevida, dudas respecto a su capacidad reproductiva y dificultades en el desarrollo de la identidad y autonomía, debiendo dedicar parte de su energía a resolver o postergar estos problemas y no los propios de su etapa de desarrollo, lo que contribuye a deteriorar la calidad de su vida (7,11,21,27).

La imprecisión de los intervalos de confianza que se aprecia en los Cuadros 4 y 5 se debe al tamaño de la muestra; sin embargo, por el nivel de significación estadística alcanzada, estos resultados nos sirven para plantear algunas hipótesis y planificar nuevos estudios. El análisis estadístico de los índices de calidad de vida propuestos muestra que la adaptación social, funcionalidad familiar y rendimiento intelectual son significativos. Otros factores, que no fueron incorporados como índices de calidad de vida y que también re