La importancia de mantenerse activo | 03 FEB 11

Claves para una jubilación feliz

La experiencia en España.

Es una etapa de cambios que requiere entre seis meses y un año de adaptación. El aumento de la edad de jubilación no repercutirá más sobre la salud.

Isabel F. Lantigua | Madrid

"Como una caída del caballo". Así define el psicólogo Miguel Silveira la jubilación, ahora en boca de todos por la reforma de las pensiones, que contempla elevar la edad de jubilarse a los 67 años -a no ser que a los 65 la persona ya lleve 38,5 años cotizados-. "Después de estar toda una vida en un trabajo (el caballo) llega el momento de dejarlo (la caída) y cambiar de actividad. No es fácil para nadie", reconoce este experto, del Colegio de Psicólogos de Asturias para quien, "el aumento de la edad no tendrá mayor repercusión sobre el estado de ánimo o la salud porque son otras variables las que más afectan".

La jubilación es un periodo de cambio brusco que afecta a muchas esferas: la económica, la del ocio, las relaciones personales, etc. "Requiere un tiempo de adaptación, que puede oscilar entre seis meses y un año", explica la psicóloga María Dolores Ortiz, que afirma que "es un momento de riesgos, pero también de oportunidades".

Ambos expertos señalan que la forma en la que alguien afrontará la jubilación depende de muchos factores individuales pero, en general, se puede afirmar que "los hombres lo llevan bastante peor que las mujeres, porque ellas están más acostumbradas a hacer muchas cosas y a compaginar su empleo con otras actividades, por lo que esta etapa no les resulta tan dura", indica Silveira. Luego, depende de "si la persona tiene aficiones, del grado de voluntariedad que ha habido a la hora de jubilarse (una prejubilación forzosa siempre es más dolorosa), del tipo de trabajo y de la mentalización de cada uno", explican.

"Quién ha vivido por y para trabajar se deprimirá más que quienes no han centrado por completo su vida en el trabajo. Pero todos ellos tienen que adaptarse a dejar de vivir detrás de un reloj. A partir de entonces, van a tener todo el tiempo del mundo y deben decidir cómo llenarlo", destacan. Asimismo, "no es igual quien realiza un trabajo físico, que a lo mejor está deseando abandonar porque ya se siente cansado, que quién realiza un trabajo intelectual, que puede llegar a su plenitud y la máxima sabiduría justo cuando tiene que irse", señala María Dolores Ortiz, del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.

 

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