"LaMujerdemivida" entrevista con el director de una revista provocadora

Ricardo Coler: 48 años, médico, periodista. En la actualidad dirige la revista de cultura Lamujerdemivida y acaba de publicar El reino de las Mujeres (el último matriarcado) por Editorial Planeta.
Publicamos un adelanto extraído de la revista del diario LA Nación en la página 2.

"Lamujerdemivida" es una revista de cultura que se sostiene "milagrosamente" pese a las dificultades que una iniciativa como esta enfrenta actualmente. Una isla de inconformismo y buena literatura en un medio saturado de asentimiento y productos indiferenciados.

¿Existe aún un espacio para la literatura como forma sublime de lo bello?

¿Seremos aún capaces de enfrentar un pensamiento que nos cuestiona y nos provoca?

Una entrevista y una artículo de Ricardo Coler, su director, nos pone a prueba y nos interpela.
Si se anima, adelante, esta nota no lo dejará indiferente...

Entrevista con IntraMed:

¿Cuáles son los objetivos básicos de la publicación?

Esta es una publicación que se caracteriza por carecer de objetivos. Es decir, no venimos ni a llenar un espacio ni a decir nada en especial en el mundo de la cultura. Si hubiera un objetivo este sería escribir sobre los temas que nos interesan. Algo más relacionado al deseo que a la gloria. De todas formas la revista tiene una línea  que busca cuestionar y registrar lo que vendría a ser la subjetividad contemporánea. Lo que uno cree, por lo que se enoja, por lo que se apasiona, lo que lo calma o lo enamora va cambiando a través del tiempo. 

¿Hacia qué público está dirigida?

La revista está dirigida a todo público, cada vez nos llevamos nuevas sorpresas acerca de quienes son nuestros lectores.

¿Cuál es el interés que Ud. observa en el público latinoamericano por los temas de cultura?

Es altísimo, de hecho LAmujerdemivida está saliendo en Perú por iniciativa, inversión y trabajo de un grupo local.

¿Cómo describiría Ud. la relación de los universitarios provenientes de ciencias "duras" respecto del arte y la literatura?

Es un desastre, la facultad da pero al mismo tiempo quita. El enfoque médico, tan útil para la medicina genera ceguera en otras áreas. Sin embargo el médico no se retira. Un clasico: los  que consultan por consejos para una sexualidad plena a un clínico. Quisiera saber en qué año la facultad dió formación para ello.
No me refiero a lo saludable, ni a lo preventivo, para eso sí que el médico está capacitado.Me refiero a como llevar adelante eso tan complejo que es la relación entre un hombre y una mujer.

¿Considera Ud. de interés el diálogo entre las humanidades y las ciencias?

Son discursos diferentes, el único interes que me causa es porque me da gracia.

 ¿Qué obstáculos percibe para que esto resulte tan infrecuente?

Lo raro sería que no hubiera obstáculos.

 ¿Cuál es su percepción acerca de los médicos como consumidores de arte y cultura?

Como bien dice la pregunta, son consumidores. De todas maneras son generalizaciones y como todas ellas son odiosas. Igual, son consumidores.

¿Cuál ha sido su recorrido personal hasta llegar a la dirección de "Lamujerdemivida"?

Poder separarme del pensamiento cientifico y guardarlo para cuando necesito de la ciencia. Pero hay otra cosa más. En un circulo cercano de profesionales, a determinada edad, nadie estaba conteto con su recorrido. La queja era constante y cuando amainaba aparecía la depresión. Quizas para algunos ser médico es algo fantastico hasta determinado momento.

¿Cuál es el origen del título de la revista?

Relacionar a la cultura con la sensualidad, lo divertido y lo apasionante.

¿Qué futuro sueña para su publicación?

Básicamente que pueda seguir saliendo.

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El siguiente artículo fue publicado en "Lamujerdemivida" año 3 Nº: 25 y se reproduce con autorización del autor.

ENFERMOS DE SALUD
DE CÓMO LEER UN ARTÍCULO DE CIENCIA  
Por Ricardo Coler
 
Si desea la felicidad, no se amigue con su familia, no reclame aumentos de sueldo, no salga de copas, no se busque jóvenes amantes. Hágase un chequeo médico que le vamos a decir qué glándula hay que tocar para alcanzar el nirvana, o para dejar ese rostro cúlico de lado. Que pase el que sigue.

El profesor Tim Spector es investigador del Hospital St. Thomas de Londres y demostró que la capacidad de las mujeres para llegar al orgasmo depende de su constitución genética. Las nacidas con genes entusiastas alcanzan el orgasmo y las que no, miran la tele. Como el Dr. Spector habla con propiedad, respalda lo que dice con una investigación llevada a cabo en cuatro mil mujeres, inglesas todas, cuyas edades oscilaban entre los 19 y los 83. Me imagino la escena con estas últimas.

—Abuela, ¿está de acuerdo en participar de un estudio psicobiológico sobre el orgasmo femenino?

—Sí, mi hijito, ¿a dónde hay que ir?

—Aquí mismo, abuela. Dígame, ¿usted llegaba al orgasmo?

—¿Ahora mi hijito?

—No, bueno, no sé ahora. Antes, ¿llegaba abuela?

—Antes sí, pero ahora si no me llevan, no llego a ningún lado.

Aunque parezca poco serio, Tim Spector contó con un presupuesto de cien mil libras esterlinas y sus resultados fueron publicados tanto en medios especializados como de difusión masiva. Parece inofensivo, pero una conclusión de este tipo implica, por ejemplo, que a una mujer le de igual cualquier hombre. Como sus genes son siempre los mismos y no se modifican ni con nada ni con nadie, la capacidad de pasarla bien se mantiene intacta tanto con uno como con otro. No hace falta ni ir a cenar, ni ser bien tratada, ni escuchar una palabra amorosa, nada de eso: genes.

Por supuesto, el trabajo no aclara qué significa llegar al orgasmo para cada una de esas mujeres. Y no digo que las participantes lo ignoren sino que no es algo tan fácil de explicar. Las respuestas a esa pregunta hubieran sido múltiples. Si aceptamos esto último, nos damos cuenta de por qué es imposible sacar una estadística sobre este tema. ¿Cómo contar lo no verificable? Apenas se podría decir: tantas mujeres dijeron tal cosa, mientras que otras tantas no pueden terminar de explicarlo. Por eso no hay cuestionario que valga. Habría que ir, una por una, para escuchar respuestas diferentes sobre el mismo tema.

No contento con esa investigación, Tim avanzó en la misma línea. Aliado a 1600 hermanas mellizas –no sé como hace para reunir tantas voluntarias– determinó que la tendencia a la infidelidad en la mujer también está inscripta en sus genes. Un claro ejemplo de que la ciencia no sólo avanza sino también retrocede: de ahí a plantear una clasificación moral de los seres humanos por su constitución genética hay apenas un paso.

El estudio parte de la base de que la mujer es monogámica por naturaleza y rechaza cualquier condicionante cultural. Además subyace la idea de que, si alguna tiene un amante, no sólo es condenable de antemano sino que ni vale la pena escucharla. Por eso, terminemos con el diálogo, nada de sentarse a hablar, inauguremos un café donde la gente en lugar de encontrarse para conversar se reúna para sacarse sangre y mandarla al laboratorio. Nada de cuestiones del amor, biología y clasificación. De este lado, las lascivas genéticamente peligrosas, de este otro, las hogareñas de genes calmos. Pensada así, la genética es el racismo más eficaz.

El doctor Andrew Steptoe y sus colaboradores del Departamento de Psicología del St. George Hospital de la Universidad de Londres investigaron a doscientos servidores públicos. Pudieron demostrar, científicamente, que la felicidad es una condi