Por Sebastian Lalaurette
LA PLATA.- Sólo un quinto de los aspirantes a iniciar el año próximo la carrera de medicina en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) aprobó el examen de ingreso. Un nuevo bochazo volvió a poner de relieve la controversia por el sistema de admisión obligatorio en esa disciplina, una de las pocas en esa casa de estudios que restringen el ingreso mediante una prueba.
El resultado no fue sorprendente: año tras año, los porcentajes de ingreso en la carrera de medicina son similares. Sólo que, desde hace tres años, los aspirantes deben completar un curso anual con ocho materias y aprobar exámenes parciales antes de la prueba final que determina si pueden cursar la especialidad. Antes, se requería dar el examen de ingreso, y muchos jóvenes recurrían a cursos particulares durante el verano.
De los 1449 jóvenes que se inscribieron este año en el curso de admisión, sólo 543 llegaron a la instancia final y apenas 318 (un 21,9% de los aspirantes originales) lograron superarla. En agosto pasado, un parcial de historia de la medicina había "filtrado" a la mayoría: dos tercios de los inscriptos quedaron afuera.
Las autoridades de la Facultad consideran que el sistema es "exitoso" y argumentan que la menor cantidad de ingresantes es beneficiosa para la calidad de la cursada. Aunque la proporción de quienes entran en la carrera es casi la misma que en los años previos, el decano de la casa de estudios cree que el curso anual logra que los ingresantes estén "más maduros" y reduce la deserción.
Así lo explicó Jorge Martínez, titular de la Facultad, a LA NACION, como ocurre cada año. "Una vez que los alumnos ingresaron, la deserción es muy poquita. Los profesores nos dicen que ya en primer año, con este sistema, los estudiantes están más maduros. Y en un plazo de siete años se recibe de médico el 92%", argumentó Martínez.
Si bien muchas facultades de la UNLP cuentan con cursos introductorios a las carreras, sólo Ciencias Médicas y Lenguas Modernas (para los traductorados de inglés y francés) tienen exámenes de ingreso obligatorio. En el de admisión a medicina, los aspirantes que no llegan al mínimo exigido de 40 respuestas correctas (sobre 60) pueden aspirar a "premios consuelo": con 30 o más respuestas optan por obstetricia o nutrición, y con menos de 30, a tecnicaturas.
"Por la infraestructura y las posibilidades que tenemos, no podemos aceptar a todos", dijo Martínez. "En los primeros años de la cursada necesitamos suficientes cadáveres para las prácticas de los estudiantes, y después, trabajar con pacientes vivos. Tenemos un límite para poder garantizar una cursada de calidad", explicó.
Victoria Morelli (19 años) pasó el duro examen de ingreso y ya está "adentro". No fue fácil: además del curso de ingreso, estudió un año y medio en un instituto privado para reforzar sus conocimientos. "Si no lo hubiera hecho, habría sido más difícil aprobar", contó Victoria a LA NACION. "De la secundaria salí con una base de conocimientos, pero con lo que vi en el instituto me sentí más segura", añadió .
Victoria aprobó los parciales y 41 de las 60 preguntas de la prueba decisiva. Muchos de sus compañeros no tuvieron la misma suerte. "Creo que hay algunos exámenes que tendrían que aflojar un poco, porque hay mucha gente que tiene toda la vocación y la capacidad para hacer la carrera y termina fallando en exámenes que no son fundamentales. La mayoría cayó en historia de la medicina", afirmó la joven. Aclaró que no está en contra de que haya un examen de admisión, pero consideró que el nivel de exigencia "no debería ser tan estricto".
Ahora, Victoria espera poder recibirse a los 25 y convertirse en médica nutricionista. Su proyecto es tener su consultorio en esta ciudad, donde vive. "Muchos chicos del interior que no pasaron, para no perder un año, decidieron entrar a obstetricia u otra carrera. Pero muchos otros no lo hicieron y van a volver a intentarlo el año que viene", concluyó.