Artículo de opinión

Especializados, no barbarizados

Reflexiones sobre la práctica actual de la medicina.

Autor/a: Dr. Eduardo Medina Bisiach

A veces los profesionales médicos (soy psiquiatra) nos indagamos al hacer un comentario:¿Porqué “abordamos” temáticas que, supuestamente, por nuestras especialidades “no corresponde plasmar”?.
O dicho de otro modo ¿tendríamos que desarrollar temáticas solo atinentes a lo que profesionalmente ejercemos o estudiamos?.

Para intentar una explicación de porqué lo hacemos, tendríamos que remitirnos a otros pensadores. Entre ellos la afirmación del filósofo contemporáneo francés Edgar Morin, quien decía que aquel que se aísle laboriosa y profundamente en su especialidad, no obstante tener un objetivo loable  y significativo, perderá paulatinamente el panorama integral del entorno, alejándose de la realidad circundante. Morin los llama los “bárbaros de este siglo”, porque dominarán mucho de su especialidad pero muy poco de la vida misma.

Sin tener una visión de la totalidad, el especialista se aboca con dedicación exclusiva a una de sus partes, el resultado también será parcializado. Con esto queremos decir que todo sujeto que se aproxime a su temática sin interesarle el hábitat, tendría que pensar que sus conclusiones no serán acordes a lo que la realidad de la existencia suele presentar.

A partir de estas razones se abre un panorama alentador para todos, tanto investigadores como profesionales ya que con el elemental hecho de insertarse, intelectualmente hablando, en la sociedad o en la comunidad en que se halla, integrándose a las mismas opinando, debatiendo, o reflexionando sobre temas que aparentemente no están relacionados, nos hacen y harán sentir como auténticos seres humanos integrados y coexistiendo. Además de contribuir desde una des-habitual posición  con una “visión diferente a iguales problemas” a los que habitualmente estudiamos. Esto le da un vigor inusitado a las opiniones, reforzamos las convicciones y creencias de estar lo más cercano a las circunstancias permisibles.

Siguiendo a Ortega y Gasset, quien al referirse a la realidad decía “no es solo lo que acarician nuestras sensaciones y percepciones, sino del conocimiento que esa realidad está mas allá de lo que vemos y oímos”. En sus comienzos consideraba que la realidad estaba en los objetos, luego que era una construcción subjetiva de esos objetos, para terminar convencido que la realidad residía en la interrelación sujeto-objeto.
Es lo que actualmente entendemos como el dinamismo que despliegan los seres humanos interaccionando entre ellos y con el contexto. Es en ese intercambio de funciones (interacción) donde podemos entrever la realidad, y comprender más uno mismo, a las personas y sobre todo a nuestros pacientes.

La opinión de especialistas siempre tiene la señal subjetiva de quien la concibe, y ¿No les parece que una opinión experta de entendidos en salud mental o en educación no las suministra desde una posición diferente?
Este mundo tan enmarañado, en que una persona no puede con toda esa complicación que se le presenta cotidianamente, quizás una de las soluciones sea abrirnos a escuchar otras ponencias, incorporarlas como admitidas en la sabiduría popular. Después de todo, cualquier especialista no se prepara para mantener su sapiencia sino tiene que tener la habilidad de saber transmitirla a la comunidad. Los conocimientos no les pertenecen, somos simples transmisores, no los dueños.

Aquí se presenta bien una semblanza de la sabiduría popular en boca de un ciudadano común con quien nos encontramos ocasionalmente, y ante la acotación que estábamos terminando de construir nuestra vivienda nos dijo “que no podría entregar la dirección de obra de su casa a un arquitecto que no haya leído libros, escuchado buena música, admirado una obra de arte o que no concurra a exposiciones o teatros, porque para eso me dirijo a un ingeniero”.

Nuestras observaciones son adecuadas para todos aquellos que tienen una responsabilidad social, en tanto y cuanto están moldeando seres humanos en etapas de formación, o adultos que ante los cumplimientos de los ciclos de la vida, no encuentran la brújula que oriente hacia el camino que los lleve a la paz o hacia la sabiduría.  También va para aquellos expertos que abocados a intentar resolver todo problema humano individual y social que se le presenta, se alejan involuntariamente del ecosistema que residen.