Experimento personal

Usan una hormona para retrasar el envejecimiento

¿Acaso este nuevo tratamiento podría ser la fuente de la juventud del siglo XXI?

Un cirujano de 55 años, Jeya Prakash, declaró en Londres que sus investigaciones pueden ayudar a vencer, o al menor retrasar, los efectos del envejecimiento. Aseguró que puede hacerlo utilizando inyecciones de la hormona de crecimiento humano (HGH). El médico indio dice haberse inyectado HGH durante 15 meses.En una entrevista con el London Evening Standard el martes pasado, Prakash se declaró muy satisfecho con los resultados del tratamiento en su cuerpo: su piel es más "brillante", se siente más "vivo" y su libido está "en alza". Si bien los expertos hacen fila para condenar su tratamiento por considerarlo peligroso, Prakash no es el único en entusiasmarse con la hormona de crecimiento. En realidad, es una de las muchas personas que creen que la HGH es el elixir de la vida.

La hormona de crecimiento es una sustancia producida por la glándula pituitaria en la base del cerebro y es responsable del crecimiento en la niñez y, posteriormente, de una serie de funciones corporales que incluyen muchos aspectos del metabolismo. Por ejemplo, los chicos que tienen deficiencia de esta hormona son pequeños y, en contrapartida, un exceso de HGH en la adultez causa acromegalia, una forma de gigantismo.

En una persona normal y sana, la HGH alcanza un pico de producción en la adolescencia y luego declina de manera constante hasta que la cantidad total segregada por un hombre de 60 años se convierte en exactamente la mitad de la que segrega un hombre de 20. Muchas de las cosas que no nos gustan del envejecimiento —aumento de la grasa corporal, huesos quebradizos, piel más delgada— también son características de los adultos con una deficiencia de la hormona de crecimiento, posterior a un trauma cerebral o a la remoción de tumores pituitarios.

El argumento es el siguiente: si se llevan los niveles de la hormona a los de la juventud, se retrasa el paso de los años.

Pero hay cuatro problemas importantes con el uso de esta hormona como elixir de vida. Primero, sólo es efectiva si se la inyecta. Segundo, como originariamente se fabricaba a partir de material cerebral humano, había un riesgo de contraer el mal de la vaca loca.

Esta barrera se eliminó cuando la tecnología genética permitió una producción segura. Tercero, es muy costosa. Pero el problema más importante es éste: si algo tiene un efecto biológico, también es capaz de producir efectos colaterales.

Algunos ya se conocían a través del abuso de HGH por parte de los atletas: deficiencia cardíaca, diabetes y cáncer. Prakash defiende las dosis bajas y dice que son "seguras, como la vitamina C".

Uno de sus principales efectos es que promueve la resistencia a la insulina —característica clave en la diabetes—. Esa resistencia a la insulina causa varios efectos de envejecimiento y muchos sostienen que una caída en los niveles de HGH, en realidad, nos protegería de la resistencia a la insulina.

Búsqueda de la eterna juventud

En 1895, el neurólogo Charles-Edouard Brown-Sequard anunció haber derrotado el proceso de envejecimiento. Tenía 72 años, usó inyecciones de extracto testicular de perro y aseguró que sus músculos se volvieron más fuertes y que había recuperado su libido. El contenido de ese extracto —que hoy se sabe es la hormona testosterona— fue reemplazado por el aceite de víbora en la primera mitad del siglo XX, antes de que se supiera que la testosterona retrasa el envejecimiento tanto como la zanahoria produce "una visión perfecta".