Un ensayo imprescindible: llevar el conocimiento al mundo real | 05 MAR 20

Factores de riesgo CV: desde las moléculas a las personas

Se convirtieron en el paradigma explicativo dominante de las enfermedades crónicas no trasmisibles. ¿Cómo hacer un recorrido crítico acerca de su significado?
Autor/a: Dr. Lucas F. de Candia 
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Texto principal

De cuando el hombre se atrevió a mirar más allá (algunas referencias históricas)

Ambroise Pare (1510-1590), conocido como el padre de la cirugía. El compromiso y la preocupación ética por el cuidado de los pacientes a su cargo, lo llevó a descubrir, por azar, que la cauterización con aceite caliente de las heridas por arcabuz empeoraba la evolución en lugar de mejorarla. Cuando una noche, quedó sin aceite disponible, no tuvo más opción que observar y aliviar sin reproducir el protocolo utilizado y, supuestamente, eficaz de la época. Angustiado, imaginando los malos resultados que encontraría al día siguiente, con mucha agudeza se dedicó a seguir la evolución de los heridos. Inesperadamente, los que no fueron cauterizados con aceite, tenían menos dolor, menos inflamación y mejor estado general. (Perez Tamayo, 2012)1   

 

La “verdad” sobre prevención cardiovascular en la actualidad



La guía ACC/AHA 2019 para la prevención primaria de la enfermedad cardiovascular (CV) define como que piedra angular está constituida por los cambios en los estilos de vida y la evaluación periódica del riesgo. Además, sintetiza las evidencias publicadas y las recomendaciones de abordaje: (Arnett, 2019)

  1. Evaluación del riesgo CV: las bases de la prevención siguen de la mano de la evaluación del riesgo. Identificar el riesgo individual a 10 años permite coordinar la intensidad de las intervenciones preventivas con los riesgos específicos detectados.

a. La estimación de riesgo a 10 años, habitualmente, guía la toma de decisiones para muchas intervenciones preventivas (incluidas, el manejo de lípidos y de la presión arterial (PA)).

b. Todas las herramientas de estimación de riesgo tienen limitaciones y los scores de riesgo basados en datos poblacionales deben ser interpretados en el marco de las circunstancias de los pacientes individuales.  Se ha observado que dichos scores de riesgo pueden tanto sobre estimar como subestimar el riesgo en ciertos grupos poblacionales.

c. Post cálculo de riesgo CV, en adultos con riesgo intermedio o limítrofe es razonable el uso de factores de riesgo adicionales para definir las intervenciones necesarias.  La incertidumbre de los scores en estas situaciones podría derivar en la posible decisión de muchos pacientes de no iniciar una terapéutica preventiva en un escenario de evidencia de beneficio dudosa. En estos casos, la evaluación del calcio en arteria coronaria es una herramienta razonable para reclasificar el riesgo. 

d. Respecto a la edad, en menores de 60 años la estimación de riesgo puede ser oportuna, pero, en mayores de 75 años médico y paciente deben dar una amplia discusión puesta en contexto de las comorbilidades y expectativas de vida en cada caso para definir la necesidad de iniciar terapias preventivas.

  2. Estilo de vida saludablei

a. Hacer ejercicio regularmente (al menos 150 minutos de actividad de intensidad moderada cada semana o más de 30 min por día en la mayoría de los días). Existe clara evidencia de que la actividad física sostenida regularmente es beneficiosa en el mantenimiento y el mejoramiento de la salud cardiovascular.

b. Manteniendo un peso saludable:

  i. En personas con sobrepeso/obesidad la pérdida de peso del 5% o más se asocia con moderado mejoramiento en el control de la presión arterial (PA), disminución de LDL colesterol, triglicéridos (TG) y niveles de glicemia.

c. Evitar tabaquismo (tanto activo como pasivo)

d. Dieta más saludable:

  i. Dietas mediterráneas y basadas en plantas junto con aumento de frutas, nueces, vegetales, legumbres, pescado y fibra vegetal han sido consistentemente asociadas con menor riesgo de muerte que los controles o las dietas estándar. Se recomienda aumentar: frutas, verduras, granos, legumbres, nueces, pescado.

  ii. Las grasas trans y saturadas han sido asociadas con mayores riesgos de mortalidad. La dieta baja en sodio mostró reducción en PA y eventos cardiovasculares. Las bebidas azucaradas fueron asociadas a aumentos de Diabetes tipo 2 (DBT2) y riesgo CV. Se recomienda disminuir: grasas saturadas y grasas trans, azucares agregados, carnes y sodio.

  3. Aspirina: su uso debe limitarse a casos particulares donde se evalúa que el beneficio de prevención supere claramente el riesgo de sangrado. Es decir, debe limitarse su uso a personas con mayor riesgo CV y poco riesgo de complicaciones hemorrágicas.

  4. Estatinas: se recomiendan sumadas a los cambios en el estilo de vida para prevenir enfermedades cardiovasculares en personas con niveles elevados de LDL colesterol (≥190 mg / dl), diabetes tipo 2 y cualquier persona que se considere que tiene una alta probabilidad de sufrir un derrame cerebral o un ataque cardíaco al revisar su historial médico y los factores de riesgo.

  5. En adultos con DBT2:

a. Dieta: las dietas mediterránea ii, DASH iii y vegetariana/vegana han demostrado utilidad en la reducción de la glicemia y en la pérdida de peso.

b. El ejercicio también ha mostrado utilidad en mejorar el control metabólico.

c. La metformina disminuye la producción hepática de glucosa y aumenta la sensibilidad periférica a la insulina, lo que implica una reducción de la hiperglicemia en adultos con DBT2.

  6. En adultos con colesterol elevado:

a. En adultos con riesgo CV intermedio (mayor o igual al 7,5% y menor al 20% a 10 años), el tratamiento con estatinas reduce el riesgo. Es establece que los niveles de LDL colesterol deberían descender 30% o más.

b. En adultos de 40 a 75 años con DBT2, independientemente del cálculo de riesgo CV, se recomienda la indicación de tratamiento con estatinas de moderada intensidad.

c. En adultos de 20 a 75 años con LDL colesterol mayor o igual a 190mg/dl se recomienda tratamiento con estatinas, el máximo tolerado.

  7. En adultos con PA elevada o Hipertensión arterial (HTA):

a.  En USA, la HTA da cuenta de más muertes por causas CV que cualquier otro factor de riesgo modificable.

b. Siempre se recomiendan indicaciones no farmacológicas como:

i. Pérdida de peso

ii. Dieta cardio protectora, hiposódica, rica en potasio

iii. Aumento de actividad física

iv.. Disminución de consumo de alcohol

c. En adultos con riesgo CV mayor a 10% y PA sistólica 130mmHg o mayor y/o PA diastólica 80mmHg o mayor, el uso de medicación anti hipertensiva está recomendada.

d, En casos con HTA diagnosticada y riesgo CV 10% o más, DBT2, enfermedad renal crónica y/o el objetivo de TA debe ser lograr cifras menores a 130/80.

  8. En adultos que fuman:

a. En cada consulta se debe evaluar tabaquismo y recomendar su abandono.

b. Entre las intervenciones para abandono de hábito tabáquico se recomiendan intervenciones conductuales y terapias farmacológicas (bupropion, varenciclina, terapias de reemplazo de niotina)

De cada uno de los 8 items, brevemente descriptos arriba, podríamos desarrollar varias páginas revisando los artículos que sustentan dichas recomendaciones. Sin embargo, la intención de este texto es hacer un recorrido crítico desde la guía de referencia hasta el paciente que se sienta en la camilla del consultorio.

A propósito del concepto de riesgo

El concepto de riesgo es el objeto de conocimiento de la epidemiología.

Su primera descripción fue a principio de s. XX: un tal William Howard Jr en un artículo sobre mortalidad materna (relación entre número de casos expuestos y número de afectados) en el American Journal of Hygiene, 1921 (Almeida Filho, 2009)3

  • El método que sustenta los estudios de casos y controles consiste en identificar qué diferencia a los individuos sanos de los enfermos.
     
  • Los estudios de cohorte se basan en la búsqueda de FR que caracterizan a algunos individuos como más proclives a desarrollar o contraer una enfermedad.
     
  • Además, podríamos evaluar si dichos FR son, también, la etiología que explica por qué un grupo de individuos enferma y otro no.

Esto se utiliza para definir las actividades preventivas. Sin embargo, limitar la atención a las comparaciones poblacionales podría derivar en confusiones en términos de normalidad.

¿Cómo definir los límites de la normalidad en una población?

El concepto de riesgo relativo ha desplazado a cualquier otro método de cuantificación de la causalidad

Los límites empleados en laboratorios se basan en lo que es común en una población local dada. Aplicado al individuo, el concepto de riesgo relativo iv se constituye en la representación básica de la fuerza etiológica.

En términos prácticos, el concepto de riesgo relativo ha desplazado a cualquier otro método de cuantificación de la causalidad. Si bien, puede resultar la medida más apropiada de la fuerza etiológica, no mide el resultado etiológico. (Rose, 1985)4

Geoffrey Rose (1926-1993), un destacado epidemiólogo inglés, realizó una publicación en el año 1985 que se convirtió rápidamente en un clásico de la epidemiología y con persistente relevancia para la salud pública: Sick individuals and sick populations. En la conclusión de dicho artículo, dice así:

"La epidemiología que se concentra en casos, identifica la susceptibilidad individual, pero puede ser incapaz de identificar las causas subyacentes de la incidencia. La estrategia preventiva de "alto riesgo" es un recurso provisional necesario para proteger a los individuos susceptibles, pero solo mientras continúen siendo desconocidas o incontrolables las causas subyacentes de la incidencia; si se pueden eliminar las causas, la susceptibilidad dejará de ser importante. En términos realistas, un gran número de enfermedades requerirán por mucho tiempo la aplicación de las dos estrategias y, por fortuna, es habitualmente innecesario que ellas compitan entre sí. No obstante, la inquietud prioritaria siempre debería dirigirse a descubrir y controlar las causas de la incidencia." (Rose, 2001)

De las conclusiones de Rose y del devenir de la práctica clínica actual podemos reflexionar que el uso masivo de la noción de factores de riesgo es un peligroso mecanismo mediante el cual estaríamos realizando una aplicación descontextualizada de razonamiento probabilístico poblacional para la toma de decisiones sobre el comportamiento de enfermedades de individuos. 

 

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