Eficacia y seguridad del tratamiento | 28 ABR 19

Artritis gotosa

Los resultados de un metanálisis de 4 estudios indican que el etoricoxib y la indometacina ejercen analgesia similar en pacientes con artritis gotosa
Autor/a: Lin TM, Chi JE, Chang CC, Kang YN J Pain Res. 2019; 12: 83–91. Dic 2018
Introducción

La incidencia máxima de artritis gotosa se observa en la quinta década de la vida; si bien la enfermedad afecta predominantemente a hombres, la prevalencia de gota aumenta en las mujeres posmenopáusicas con hipertensión arterial tratada con diuréticos o con insuficiencia renal.

La obesidad, el consumo de alcohol, la administración de diuréticos, la ingesta elevada de carne, mariscos, el consumo alto de fructosa en alimentos y bebidas y la disfunción renal son factores asociados con mayor riesgo de gota.

Asimismo, en los pacientes con gota se ha referido un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, más allá del conferido por los factores convencionales de riesgo cardiovascular.

Los síntomas de la artritis gotosa aguda aparecen rápidamente, en el transcurso de 24 horas; las articulaciones afectadas, más comúnmente las metatarsofalángicas, se observan edematosas e inflamadas y con dolor intenso.

Según las American College of Rheumatology Guidelines for Management of Gout de 2012, los antiinflamatorios no esteroides (AINE), como el naproxeno, la indometacina y el sulindac, los corticoides y la colchicina oral representan las opciones terapéuticas de primera línea para el tratamiento de la gota aguda; algunas combinaciones farmacológicas pueden utilizarse para los episodios graves o refractarios de gota.

Los AINE no selectivos, sin embargo, se asocian con importantes efectos adversos gastrointestinales, por ejemplo, perforaciones, úlceras y sangrado.

El etoricoxib es un inhibidor altamente selectivo de la ciclooxigenasa (COX) 2, con propiedades antiinflamatorias, analgésicas y antipiréticas, asociado con riesgo más bajo de efectos adversos gastrointestinales, en comparación con los AINE tradicionales.

La indometacina se considera el AINE no selectivo más potente, con mayor inhibición de la COX-1 que de la COX-2. El objetivo de la presente revisión sistemática y metanálisis fue comparar la eficacia y seguridad del etoricoxib y la indometacina para el tratamiento de la gota aguda.

Pacientes y métodos

Las variables de eficacia incluyeron el dolor, la sensibilidad, el edema y las valoraciones globales realizadas por los pacientes y los profesionales; el dolor se determinó con escalas visuales analógicas. Los criterios de seguridad consistieron en los efectos adversos.

El riesgo de sesgo se determinó con el Risk of Bias Tool of Cochrane. Se estimaron los odds ratios (OR) de Peto; las diferencias promedio (DP) de los estudios originales se analizaron con modelos de efectos aleatorios.

Para cada metanálisis se estimó el estadístico I2 de heterogeneidad con diagramas de bosque (los valores de 25, 50 y 75% sugieren heterogeneidad baja, moderada y alta, respectivamente). Los valores de p < 0.05 se consideraron estadísticamente significativos. Los datos se expresan como risk ratios (RR) e intervalos de confianza del 95% (IC 95%).

El sesgo de los trabajos pequeños se determinó con gráficos en embudo y regresión de Egger. La investigación siguió las pautas PRISMA.Se identificaron los artículos publicados en cualquier idioma y fecha (hasta 2018) mediante una búsqueda en PubMed, Embase, Ovid MEDLINE, la Web of Science, Science Direct, y la Cochrane Library.

Los artículos debían evaluar pacientes con gota y en ellos se debía comparar directamente la eficacia de etoricoxib e indometacina. En cambio, se excluyeron los estudios con terapias combinadas, y los ensayos no controlados y aleatorizados, entre otros criterios de exclusión.

Resultados

> Variables de eficacia

Solo 4 de los 313 artículos identificados inicialmente fueron aptos para el metanálisis (síntesis cuantitativa). Los 4 ensayos tuvieron un diseño controlado y aleatorizado (ECA) e incluyeron a 609 enfermos. Los artículos se publicaron entre 2002 y 2016 en África, América y Asia; en su mayoría evaluaron pacientes de sexo masculino. Los estudios fueron de calidad aceptable, pero los 4 tuvieron riesgo alto de sesgo.

En dos artículos con 363 enfermos con artritis gotosa aguda no se observaron diferencias significativas en los cambios en los puntajes de dolor en los días 2 a 5 y 2 a 8, entre el etoricoxib y la indometacina; las DP fueron de -0.05

(IC 95%: -0.21 a 0.1; p > 0.05) y de -0.05 (IC 95%: -0.2 a 0.1; p > 0.05), respectivamente. Se encontró heterogeneidad baja para ambos análisis (I2 = 0%; p > 0.05). Tres estudios refirieron la sensibilidad articular o dolor a la palpación (tenderness); el análisis global de 510 enfermos no mostró diferencias significativas entre ambos fármacos (DP = -0.06; IC 95%: -0.18 a 0.05; p > 0.05).

Tres de los 4 ensayos evaluaron el edema; el metanálisis con 510 enfermos no mostró diferencias significativas entre el etoricoxib y la indometacina (DP = -0.04; IC 95%: -0.17 a 0.09; p > 0.05). Los datos globales de tres investigaciones (n: 505) tampoco sugirieron diferencias sustanciales en la valoración global del paciente para los dos fármacos (DP = -0.09; IC 95%: -0.25 a 0.06; p > 0.05); el mismo resultado se observó en el metanálisis de tres ECA con 507 pacientes para la valoración del profesional (DP = -0.11; IC 95%: -0.22 a 0.01; p < 0.05). Se encontró heterogeneidad baja (I2 = 0%; p > 0.05) en todos los metanálisis.

> Variables de seguridad

 

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