Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero | 10 FEB 19

Prevención de Hantavirus en viajeros

Medidas recomendadas por los expertos para minimizar el riesgo de infección
Autor/a: Susana Lloveras, Tomas Orduna, Sergio Verbanaz, Cristian Biscayart y Alejandro Lepetic SLAMVI

Los virus del género hantavirus pertenecen a la familia Bunyaviridae, y el nombre proviene del río Hantaan, en el sur de Corea, cerca del cual se aisló originalmente el virus.

Los hantavirus se distribuyen por todo el mundo y causan dos enfermedades humanas: la fiebre hemorrágica con síndrome renal en Europa y Asia, y el síndrome pulmonar por hantavirus en el continente americano.

Tienen su reservorio natural en los roedores; generalmente una única especie de roedor mantiene un solo género de virus en la naturaleza.

Los seres humanos adquieren la infección principalmente mediante la inhalación de aerosoles originados a partir de las excretas de los roedores infectados, pero también a través de la mordedura de un roedor, por contacto directo de piel lesionada con excretas de roedores o por transmisión interhumana (sólo comprobada hasta ahora para la variante Andes).

La aparición de estas enfermedades se relaciona con la densidad de roedores en una región, que depende de la ecología y biología de estos animales como así también de factores ambientales y actividades humanas.

¿Cuál es el riesgo para los viajeros por turismo?

La mayoría de los viajeros no tienen mayor riesgo de contraer la infección por hantavirus. Sin embargo, quienes visitan zonas rurales y áreas agrestes y aquellos que acampan, practican senderismo u otras actividades al aire libre, pueden exponerse a aerosoles de la orina, saliva o excrementos de roedores infectados. También pueden infectarse al tocarse la boca o la nariz después de haber manipulado materiales contaminados, o inclusive ser mordidos por un roedor.

Para minimizar el riesgo de infección por hantavirus es conveniente tomar las siguientes medidas de prevención:

  • Evitar tocar roedores vivos o muertos. No molestar a los roedores en sus cuevas.
     
  • Evitar dormir cerca de depósitos o áreas utilizadas para la acumulación de leña o basurales ya que los mismos suelen ser frecuentadas por roedores.
     
  • Evitar dormir directamente sobre el suelo. Usar una carpa o tienda con piso y dormir sobre aislante o colchón inflable.
     
  • Abrir y ventilar los refugios abandonados o sin usar, antes de ocuparlos. Dejar ventilar por lo menos durante una hora antes de ingresar, al hacerlo usar barbijo e inspeccionar los ambientes en busca de roedores.
     
  • Para la limpieza de cabañas o refugios que permanecieron cerrados, utilizar trapo húmedo para suelos, paredes o superficies. Evitar que se eleve polvo, ya que podría vehiculizar el virus. Para realizar dichas tareas es conveniente colocarse una máscara y utilizar guantes.
     
  • No usar cabañas si se encuentran signos de infestación de roedores, tales como excrementos o nidos.
     
  • Almacenar los alimentos en recipientes a prueba de roedores y desechar, enterrar o quemar rápidamente toda la basura de acuerdo con las regulaciones del campamento. En caso de existir bodega de alimentos, la construcción debe impedir el ingreso de roedores. El agua para bebida, higiene bucal, cocina y lavado de platos debe provenir de una fuente de agua potable o, en su defecto, deberá ser desinfectada por ebullición o por la aplicación de cloro o yodo.
     
  • Evitar dejar alimento de animales o comida en platos o recipientes.
     
  • Respetar el cuidado del medioambiente evitando arrojar restos de alimentos u otro tipo de basura. Siempre utilizar recipientes con tapa para desechar residuos a fin de evitar el acceso de los roedores.
 

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