El estigma en todas sus formas es un potente factor de riesgo | 18 NOV 18

Peso y alimentación desordenada entre las adolescentes

Implicaciones de la estigmatización del peso para una alimentación desordenada en adolescentes
Autor/a: Jeffrey M. Hunger, A. Janet Tomiyama https://www.jahonline.org/article/S1054-139X(18)30011-9/fulltext
INDICE:  1. Página 1 | 2. Referencias bibliográficas
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Introducción

El estigma del peso -estereotipos negativos, devaluación social y maltrato generalizado de individuos más pesados- está fuertemente implicado en la alimentación desordenada.

Entre los adolescentes en particular, las experiencias con el estigma del peso están asociadas con el uso de prácticas de control de peso no saludables, atracones y tendencias bulímicas [1,2]. Aunque la investigación en esta área es abrumadoramente transversal, los datos longitudinales existentes también apoyan tal relación.

Por ejemplo, en un estudio de adolescentes, las burlas basadas en el peso predijeron una mayor tendencia hacia el atracón y conductas de control de peso no saludables (CCPNSs) entre los niños y un aumento de las dietas entre las niñas [3]. Puhl y col. [4] posteriormente hallaron que los efectos negativos psicológicos (ej. imagen corporal pobre) y conductuales (ej., la dieta) de las burlas precoces por el peso persisten hasta la edad adulta.

Claramente, las formas de estigma del peso, como las burlas basadas en el peso, la intimidación y la discriminación son perjudiciales para la salud [1,2].

Sin embargo, ¿cuáles son las consecuencias longitudinales de otras formas de estigma del peso, como ser etiquetado por otros como "demasiado gordo"? Un enfoque de teoría de estigmatización modificado [5] sugeriría que los efectos comienzan cuando un individuo es etiquetado como miembro de un grupo estigmatizado.

De hecho, investigaciones previas [6] han encontrado que las niñas que fueron etiquetadas como demasiado gordas a los 10 años tuvieron más probabilidades de tener un índice de masa corporal (IMC) categorizado como obeso 9 años después, independientemente de su peso inicial.

Aquí se examinaron las implicaciones prospectivas de la estigmatización del peso para una alimentación desordenada en una gran cohorte de adolescentes mujeres.

Los autores plantearon la hipótesis de que ser etiquetado como muy gordo también se asocia con un aumento de las cogniciones y  conductas alimentarias desordenadas en el tiempo, independientemente del IMC.

Métodos

> Muestra

El Estudio de Salud y Crecimiento (ESC) del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre siguió a niñas de 10 a 19 años de edad  identificadas a sí mismas como de raza blanca y negra.

Los datos para el estudio actual (N = 2.036) fueron extraídos a partir de los 14 y 19 años de edad cuando las medidas objetivo estuvieron disponibles.

La junta de revisión institucional de cada sitio (Universidad de California, Berkeley; Universidad de Cincinnati; y Westat, Rockville, Maryland) aprobó el protocolo  del ESC. La junta de revisión institucional de la Universidad de California, Los Ángeles, aprobó el estudio actual.

Cada participante proporcionó su consentimiento por escrito y un padre/tutor proporcionó consentimiento informado por escrito hasta que la participante cumpliera los 18 años de edad y pudiera dar su propio consentimiento informado por escrito.

Estigmatización del peso

A los 14 años, las niñas informaron si alguna vez las siguientes personas le habían dicho que estaban demasiado gordas: padre, madre, hermano, hermana, mejor amiga, el chico que más le gustaba, cualquier otra chica, cualquier otro chico y cualquier maestro.

De acuerdo con la investigación previa [6], las niñas fueron codificadas como con estigmatización del peso si cualquier persona les dijo que estaban demasiado gordas.

Conductas y cogniciones sobre alimentación desordenada

A los 14 y 19 años de edad, el Inventario de Trastornos de la Alimentación (ITA) [7] evaluó las tendencias bulímicas, la impulsión hacia la delgadez y la insatisfacción corporal; estas escalas se sumaron para crear una puntuación ITA total.

En línea con otras investigaciones [4], a los 15 y 19 años de edad, las niñas informaron el uso (o no) de cuatro CCPNSs en los últimos 30 días: no comer por un día o más, vomitar, tomar pastillas para adelgazar y utilizar laxantes. A los 19 años, las participantes también informaron dos conductas de control de peso no saludables adicionales: omitir comidas y fumar.

Variables de control

A los 14 años de edad se evaluó IMC objetivo, raza, educación de los padres e ingreso familiar.

Resultados 

Los análisis de regresión lineal revelaron que las niñas que fueron etiquetadas como demasiado gordas a los 14 años informaron más CCPNSs, tendencias bulímicas, obsesión por la delgadez e insatisfacción corporal a los 19 años. Es importante destacar que estos efectos se mantuvieron al controlar los niveles de referencia de cada resultado de alimentación desordenada, IMC objetivo,  educación parental, ingreso familiar y raza.

 

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