Lo que usted debe saber | 03 ENE 18

Los adolescentes y sus teléfonos

Los expertos sugieren que los padres enfaticen que hagan un uso moderado de los smartphones y los medios sociales

En un mundo lleno de adolescentes cargados digitalmente, sería improbable esperar que los padres eviten completamente que sus hijos usen el smartphone.

"Los medios sociales son una parte regular de la vida cotidiana de los adolescentes y una parte importante de su desarrollo individual y social", señaló Jenna Glover, directora de entrenamiento en psicología en el Hospital Pediátrico de Colorado.

Muchos padres también se preocupan por el efecto que todo este tiempo dedicado al teléfono podría tener en sus hijos.

Un estudio de 2015 realizado por el Centro de Investigación Pew encontró que el 88 por ciento de los adolescentes de 13 a 17 años de edad tienen un teléfono celular o tienen acceso a uno, y el 91 por ciento de los adolescentes entran en internet desde un dispositivo móvil al menos de manera ocasional.

"No he trabajado con ningún padre que no permita a sus hijos adolescentes tener acceso a un teléfono", dijo Denise Berotti Tuckruskye, psicóloga clínica en el Instituto de Discapacidades del Desarrollo de Ronkonkoma, Nueva York. "Parece que todos los padres aprecian que los teléfonos permiten que los adolescentes contacten con ellos fácilmente si hay algún problema".

¿Qué deben hacer los padres?

En primer lugar, los expertos sugieren que los padres enfaticen que hagan un uso moderado de los smartphones y los medios sociales. Más allá de eso, hay estrategias que los padres pueden usar para moderar el uso telefónico de sus hijos adolescentes sin aislarles completamente del mundo digital.

Por ejemplo, "algunas familias con las que trabajo restringen en uso del teléfono hasta que el hijo ha terminado la tarea", dijo

Otra opción es el llamado "entrenamiento a intervalos", sugirió Sandra Bond Chapman, neurocientífica cognitiva que dirige el Centro de Salud Cerebral de la Universidad de Texas, en Dallas.

Para hacer esto, los adolescentes pasarían 30 minutos haciendo la tarea sin ninguna interrupción y luego 30 minutos en los que se les permite mirar sus teléfonos.

Además, Tuckruskye dijo que "la mayoría de los niños como mínimo deben entregar sus teléfonos antes de acostarse para evitar la pérdida de sueño".

Si de ellos depende, los adultos jóvenes son propensos a usar el teléfono celular en la cama y dejarlo cerca de ellos cuando duermen, según el análisis de una encuesta de la National Sleep Foundation, publicado en 2013 en la revista Journal of Clinical Sleep Medicine. La investigación ha mostrado que esto puede llevar a problemas para dormir.

 

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