Excitan las rutas neuronales de placer y refuerzo positivo | 05 DIC 16

Las experiencias religiosas activan los circuitos de recompensa del cerebro

Las zonas cerebrales asociadas con gratificaciones, como el núcleo accumbens, actúan cuando una persona siente un acercamiento a Dios

Así lo han comprobado investigadores de la Universidad de Utah (EE UU) tras visualizar, mediante imágenes por resonancia magnética funcional, qué regiones del cerebro se activaban en un grupo de mormones sometidos a estímulos espirituales.

Una veintena de devotos mormones han participado en el estudio sobre cómo afecta la experiencia religiosa en el cerebro. En la imagen, estatua de Jesucristo en el Templo de Salt Lake City (Utah), centro neurálgico de la comunidad mormona en EE UU.  / Wikipedia

Al igual que el amor, el sexo, el juego, las drogas y la música encienden el circuito de recompensa del cerebro, las experiencias religiosas también lo pueden activar, según señala el estudio que científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Utah, en Salt Lake City (EE UU), publican esta semana en la revista Social Neuroscience. El circuito de recompensa es un grupo de estructuras neuronales de nuestro cerebro, relacionado con el deseo, el placer y el refuerzo positivo.

“Apenas estamos empezando a comprender cómo el cerebro participa en las experiencias que los creyentes interpretan como espirituales, divinas o trascendentes”, explica Jeff Anderson, coautor del trabajo, quien destaca que en los últimos años “las tecnologías de imagen cerebral han avanzado de tal forma que nos podemos acercar a interrogantes que existen desde hace milenios”.

En concreto, los investigadores se propusieron determinar qué redes neuronales intervienen en la representación de los sentimientos espirituales, y para ello eligieron a un grupo de devotos mormones a los que sometió a una serie de estímulos religiosos.

El experimento consistió en someter a un grupo de mormones a estímulos religiosos y visualizar qué regiones de su cerebro se activaban

“Cada sujeto había sido entrenado entre 1,5 y 2 años para poder identificar su ‘sentimiento del Espiritu’ en sí mismos y enseñar esto a otros”, explica Anderson a Sinc. “En la práctica y la teología mormonas, esos sentimientos tienen gran importancia, ya que son el medio primario para comunicarse con Dios, una parte fundamental en la toma de decisiones vitales y un refuerzo para su fe”.

Se seleccionó un total de 19 sujetos –siete mujeres y 12 hombres–, cuyo cerebro fue monitorizado mientras realizaban diversas tareas, como visualizar vídeos sobre su iglesia, escuchar las citas de diversos líderes religiosos, rezar, leer pasajes bíblicos o recibir otros estímulos audiovisuales.

El método aplicado para el análisis fue la técnica de imagen por resonancia magnética funcional (IRMf), un procedimiento clínico y de investigación que permite visualizar las regiones cerebrales que ejecutan una determinada tarea.

Durante las pruebas, los participantes eran interrogados para ver si ‘sentían el espíritu’. Podían responder a través de una escala que iba desde ‘no sentirlo’ hasta ‘sentirlo fuertemente’, e incluso tenían un botón para marcar cuando sentían un pico de intensidad espiritual.

Los investigadores recopilaron las evaluaciones detalladas de los sentimientos manifestados por los participantes, que identificaron estas emociones como similares a las que sentían durante una sesión del culto. Describían sensaciones de paz, de calor e incluso llegaban a llorar de emoción en algunos casos.

Diversas áreas del cerebro, activas durante la experiencia religiosa de los participantes. / Jeffrey Anderson

 

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