Documento del Ministerio de Salud de la Nación

Lineamientos sobre vacunación antigripal 2014

La enfermedad es causa de hospitalización y muerte, sobre todo en los grupos que tienen alto riesgo.

El Ministerio de Salud de la República Argentina incorporó en el año 2011 la vacuna antigripal al Calendario Nacional de Vacunación, con el propósito de disminuir la internación, complicaciones, secuelas y mortalidad en la población en riesgo en Argentina.

La vacunación es una responsabilidad y un derecho de todos los habitantes y es indispensable el compromiso del personal de salud, los medios de comunicación y la comunidad, en la difusión de la disponibilidad de todas las vacunas del calendario nacional de manera gratuita y obligatoria.

El presente documento se subdivide en:

Lineamientos Técnicos
, en el cual se detalla un análisis de las coberturas de la vacunación antigripal, eventos supuestamente atribuibles a la vacunación y situación epidemiológica 2013. A continuación se desarrollan los lineamientos de la vacunación antigripal 2014 (propósitos, población objetivo, estrategias generales).

Manual del Vacunador, con descripción técnica de las vacunas que serán distribuidas en todo el territorio nacional,  ndicaciones, dosis, vías de administración, acciones, seguridad, etc.

ANTECEDENTES Y JUSTIFICACIÓN

Las epidemias de gripe se reiteran anualmente. La variación menor dentro del mismo tipo de Influenza B o los subtipos de influenza A, se llama variación antigénica. Esta ocurre constantemente y resulta en nuevas cepas, lo que produce epidemias estacionales. Dicha “mutación” genera la necesidad de producción de vacunas antigripales adaptadas a estas variaciones, cada año. Las variaciones mayores implican la emergencia de virus nuevos y  generan pandemias como la producida en 2009 por la cepa A/California/ 07/09 (H1N1)pdm09.

La enfermedad es causa de hospitalización y muerte, sobre todo en los grupos que tienen alto riesgo de sufrir
las complicaciones (niños pequeños, embarazadas, ancianos y enfermos crónicos). Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, las epidemias causan cada año 3 a 5 millones de casos de enfermedad grave y unas 250.000 a 500.000 muertes. En los países industrializados, la mayoría de las muertes asociadas a la gripe se produce en mayores de 65 años.

El virus de la influenza o gripe pertenece a la familia Orthomixoviridae. Hay tres tipos antigénicos, de los cuales
dos, A y B, son los que más frecuentemente producen patología en el ser humano. En su superficie contiene glicoproteínas denominadas hemaglutininas (H) y neuraminidasas (N). Éstas facilitan la replicación; al mismo tiempo cambian periódicamente su secuencia de aminoácidos, lo que determina las variaciones antigénicas que presenta el virus y, por lo tanto, las mutaciones destinadas a evadir las respuestas inmunes del huésped.

La enfermedad es fundamentalmente respiratoria, con mayor riesgo de hospitalización, complicación y muerte en los grupos de alto riesgo. Entre las complicaciones más frecuentes se encuentran: neumonitis, neumonía bacteriana y descompensación de enfermedades crónicas cardiovasculares, respiratorias, metabólicas.

La vacuna antigripal es una herramienta decisiva para proteger de la enfermedad en forma total o parcial. Además, contribuye a limitar la circulación viral en la comunidad. Es en este contexto que la vacunación antigripal
constituye una acción de salud preventiva de interés nacional prioritario, para cuyo éxito las instituciones del
sector público, las sociedades científicas, las organizaciones de la sociedad civil, los servicios de salud privados, la superintendencia de servicios de salud, las fuerzas de seguridad, los ámbitos académicos y el personal de salud, entre otros, se unen en forma solidaria y eficaz.

Virus de la influenza (gripe).

Transmisión
El virus de la gripe, tanto estacional como pandémico, se transmite mediante macro y microgotas expulsadas
desde el aparato respiratorio a través de la tos, el estornudo o simplemente cuando se habla.

Incubación
El período de incubación es aproximadamente de tres días, desde la exposición hasta el inicio de la fiebre y
otros síntomas respiratorios, pero puede ser tan breve como algunas horas. En forma más rara, puede ser más
prolongado.

Prevención
La vacunación oportuna es la herramienta de mayor eficacia e impacto para la prevención. El lavado adecuado
de las manos o su desinfección en forma frecuente es otra medida de alto impacto para evitar la transmisión de
la gripe y de otras enfermedades infecciosas. Además, el observar medidas de control para toser o estornudar
contribuye a disminuir la posibilidad de transmisión del virus.

Tratamiento
El virus es susceptible al tratamiento con drogas antivirales específicas del grupo de los inhibidores de la neuraminidasa, tales como oseltamivir y zanamivir, especialmente cuando estas drogas se administran dentro de las primeras cuarenta y ocho horas de comenzados los síntomas de la enfermedad.



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