Incluso si se aumenta de peso | 14 MAR 13

Dejar de fumar cigarrillos reduce el riesgo cardiaco

Un estudio a largo plazo muestra los beneficios en la salud cardiaca de dejar el hábito aunque se gane algo de peso.

Aunque muchos fumadores temen el aumento de peso que a menudo conlleva el dejar de fumar, un estudio reciente sugiere que ese peso adicional no contrarrestará los beneficios en la salud de dejar de fumar.

 
El estudio, que contó con más de 3,200 personas adultas de EE. UU., halló que los fumadores que lo habían dejado redujeron su riesgo de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular a la mitad. No importaba si ganaban peso después de dejar de fumar.
 
"Esto vuelve a confirmar a los fumadores que los beneficios de dejar de fumar siguen siendo mucho mayores que cualquier pequeño riesgo para la salud que pueda ocasionar el ganar peso", indicó el Dr. Michael Fiore, fundador del Centro de Investigación e Intervención en Tabaco de la Universidad de Wisconsin, en Madison. 
 
La investigación sugiere que la mitad de las mujeres y la cuarta parte de los hombres que fuman están preocupados por el peso que ganarían si dejaran de fumar.
 
"El aumento de peso es una razón habitual que los fumadores señalan para no dejar de fumar", comentó Fiore, que coescribió un editorial que acompañaba al estudio en la edición del 13 de marzo de la revista Journal of the American Medical Association.
 
Por supuesto, el miedo a ganar peso podría deberse a razones de salud o no. Algunos fumadores quieren evitar esos kilos adicionales por una razón "cosmética", afirmó el Dr. James Meigs, autor principal del estudio y médico en el Hospital General de Massachusetts.
 
Pero con respecto a la salud cardiovascular, agregó Meigs, los nuevos hallazgos muestran que ganar peso no es una excusa para no dejar de fumar.
 
Fiore se mostró de acuerdo. "Dejar de fumar es lo mejor que puede hacer por su salud", aseguró.
 
Los hallazgos se basan en 3,251 personas adultas que participaron en el Estudio de Descendientes de Framingham, una ramificación a largo plazo del Estudio Cardiaco de Framingham. Dentro del periodo de tiempo considerado, de 1984 a 2011, los participantes se sometieron a exámenes de salud aproximadamente cada cuatro años; al principio, el 31 por ciento eran fumadores, pero en el último examen, esa cifra se había reducido hasta el 13 por ciento.
 
Durante el periodo del estudio, 631 personas sufrieron un ataque cardiaco, un accidente cerebrovascular, insuficiencia cardiaca o de arterias de las piernas obstruidas, o fallecieron por problemas cardiovasculares. Pero los antiguos fumadores tenían solo la mitad del riesgo de los actuales fumadores, aunque hubieran ganado peso. Y como ocurre habitualmente, habían aumentado de peso: un promedio de 5 a 10 libras (de 2.26 a 4.5 kilos) en los años siguientes a dejar de fumar.
 
 

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