Cuando la decisión no es del paciente | 20 JUL 11

Las órdenes de no reanimación más difíciles

La toma de decisiones de los representantes retrasa la decisión y aumenta los costos, muestra un estudio.

Randy Dotinga

Un estudio reciente halla que crear una orden de no reanimación (NR) conlleva más tiempo cuando una persona que no es el paciente es quien toma la decisión, aunque muchos de los pacientes en estos casos están más enfermos que los pacientes que son capaces de tomar su propia decisión.
 
Cuando los pacientes son incapaces de decidir qué debe suceder si sus corazones dejan de latir (posiblemente porque están inconscientes, sufren de demencia o no pueden hablar), un cónyuge, familiar u otro ser querido por lo general tienen que tomar la difícil decisión de si firmar o no una orden para dejarles morir naturalmente o permitir medidas extremas para mantenerlos con vida. En la atención de salud, esto es parte de la toma de decisiones de los representantes.
 
"La toma de decisiones de los representantes no solo es más desafiante para todos, sino que en realidad afecta importantes procesos de la atención en el hospital, en este caso, las órdenes cuando el paciente entra en paro", señaló la autora del estudio, la Dra. Alexia Torke, profesora asistente de medicina de la Escuela de Medicina de Indiana, en un comunicado de prensa de la universidad.

A menos que los pacientes o sus representantes tengan órdenes de no reanimación, por lo general se supone que los pacientes hospitalarios son elegibles para una reanimación completa si están muriendo. Una orden de no reanimación permite a médicos y enfermeras prescindir de las medidas extremas para mantener a un moribundo con vida, como aplicarles choques ante un paro cardiaco o colocarlos en respiración artificial y/o tubos de alimentación de forma indefinida, y en su lugar permitirles sentirse cómodos y morir de forma natural.
 
En el estudio, los investigadores examinaron los expedientes de 668 personas a partir de los 65 años en un hospital público urbano. Los representantes, por ejemplo familiares, tomaron las decisiones sobre la reanimación casi el 60 por ciento de las veces.
 
Cuando los representantes estaban involucrados, la toma de decisiones conllevó más tiempo, potencialmente aumentando los costos. Los investigadores esperan que más investigaciones determinen si dar respaldo a los representantes acorta el proceso y ayuda en áreas como el costo y la duración de la estadía hospitalaria.
 
"El retraso en las órdenes de NR podría deberse a temas éticos y de comunicación más complejos que tienen que ver con la toma de decisiones de los representantes frente a la toma de decisiones del paciente", explicó Torke. "Por una variedad de motivos, que incluyen no estar seguros de lo que desearía el paciente, los representantes podrían tener dificultades para tomar una decisión sobre las órdenes de no reanimación".
 
El estudio, patrocinado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, aparece en la edición de julio de la revista Journal of the American Geriatrics Society.
 
FUENTE: Indiana University School of Medicine, press release, July 11, 2011.

 

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