Con el comentario editorial del Porf. Dr. Alfredo E. Buzzi | 16 ENE 12

Riesgos de la exposición a los estudios radiológicos

La cantidad de estudios por imágenes aumentó enormemente, lo que expone a los pacientes a los riesgos de la radiación. Las dosis globales de radiación que recibe la población aumentaron un 20% desde comienzos del siglo XX.
Autor/a: Dres. Davies H E, Wathen C G, Gleeson F V. BMJ 2011; 342: 589
INDICE:  1. Artículo | 2. Dr. Alfredo Eugenio Buzzi (comentario editorial)
Dr. Alfredo Eugenio Buzzi (comentario editorial)

Por el profesor Dr. Alfredo Eugenio Buzzi  

La explosión tecnológica que ha ocurrido en las últimas décadas y que ha multiplicado geométricamente el uso del diagnóstico por imágenes en medicina ha permitido alcanzar diagnósticos más precoces y más certeros.
Los equipos modernos permiten detectar pequeñas anomalías funcionales en sólo algunos segundos con una precisión y exactitud impensables hace algunos años. Esto ha redundado en la detección de las enfermedades en períodos más tempranos (lo que hace que los tratamientos sean más eficaces), en la detección de procesos que antes eran desconocidos (lo que permite aplicar tratamientos más adecuados), en la disminución de la incidencia de algunas enfermedades, y en la reducción en la aparición de ciertas complicaciones en el curso de muchas otras.

También es cierto que este aumento en el uso de los métodos de diagnóstico por imágenes ha aumentado la exposición a la radiación. Pero si bien los riesgos radiológicos han aumentado, mucho más ha aumentado la calidad de vida de la población debido a los avances producidos en medicina tanto en diagnóstico como en tratamiento.

Por ello se debe decir que no existe conflicto alguno entre los riesgos radiológicos y la práctica médica. Siempre son mucho mayores los beneficios que los riesgos involucrados, cuando los procedimientos se aplican dentro de las normas de la buena práctica médica.

Todos los actos médicos deben juzgarse en función de la ecuación beneficio/riesgo. Incluso una de las máximas. Abordar este tema enfatizando únicamente el aumento en el uso de las técnicas diagnósticas y sus posibles efectos dañinos es mirar solamente un lado de la ecuación.

Enfatizar el aumento en el uso de los métodos diagnósticos en el transcurso de los años como un problema en sí mismo, es como preocuparse por el aumento en el uso de los antibióticos desde 1920 (cuando las enfermedades infecciosas no tenían tratamiento efectivo) o de las intervenciones quirúrgicas desde que se introdujeron los procedimientos anestésicos.

El desarrollo tecnológico ha introducido nuevas indicaciones para los métodos por imágenes, y la evolución del tratamiento médico y quirúrgico requiere mayor y mejor información diagnóstica y pronóstica que en el pasado. Por supuesto que esto lleva a un encarecimiento de la medicina, pero, mientras la ecuación beneficio/riesgo se mantenga hacia el lado favorable, debe entenderse que es un gasto que debe asumirse.

El problema del aumento en el uso de los métodos diagnósticos o de las acciones terapéuticas es cuando no están indicados. En este caso, la ecuación beneficio/riesgo es negativa, ya que el beneficio es cero, y el paciente sólo asume los riesgos.

Sabemos que en todo el mundo se solicitan exámenes diagnósticos injustificados, que encarecen innecesariamente la medicina y exponen, también innecesariamente, a los pacientes al riesgo. Pero esto no escapa a las demás causas de mala praxis, como la administración no justificada de medicamentos, o la realización de procedimientos quirúrgicos innecesarios.

Esto es lo que debemos atacar: el mal uso. Siempre que haya una indicación médica, el beneficio supera al riesgo. Hay una pregunta que habitualmente nos llega: ¿cuántas tomografías computadas puede hacerse un paciente en su vida?. La respuesta es: las que necesite. Si un paciente que tiene una enfermedad crónica que requiere controles tomográficos periódicos sufre un traumatismo de cráneo severo, no se puede negarle una tomografía computada con el argumento de que ya se ha hecho muchas: el riesgo que corre de tener una lesión cerebral no diagnosticada (y por lo tanto no tratada) es mucho mayor que el riesgo de que esa tomografía le aumente el porcentaje de posibilidad de padecer un cáncer en el futuro.

De todas formas, es imprescindible tomar todas las medidas necesarias para proteger al paciente para conservar los beneficios disminuyendo los riesgos. Este es el objetivo de los programas de Protección Radiológica del Paciente (PRP), que existen en el mundo a partir de las recomendaciones surgidas en el primer Congreso de PRP que tuvo lugar en Málaga, España, en el año 2001. Estas recomendaciones dieron lugar a diversas leyes y directivas en Europa y los Estados Unidos, y a la iniciación de diversas actividades en muchos países.

En Argentina, la Autoridad Regulatoria Nuclear organizó en el 2004 la primera Jornada sobre PRP, donde se organizaron “grupos de trabajo” se iniciaron actividades sistemáticas, recibiendo un fuerte apoyo de la Sociedad Argentina de Radiología y la Sociedad Argentina de Radioprotección. Estas actividades concluyeron con la elaboración del Programa Argentino de Protección Radiológica del Paciente.

El objetivo fundamental de este programa consiste en evitar las dosis injustificadas, optimizar las prácticas para que las dosis involucradas sean tan bajas como sea posible, para que la práctica médica no aumente indebidamente el riesgo de la exposición a las radiaciones de la población.

Para esto, se trabaja en la capacitación del personal médico en Protección Radiológica, en la aplicación de Sistemas de Calidad, y en una adecuada estructura de supervisión y control regulatorio.El Programa Argentino de PRP es conducido por una Comisión Conjunta de Sociedades Profesionales vinculadas al uso de radiaciones ionizantes en medicina y tiene 6 objetivos básicos:

1- Justificabilidad: Es importante que el público sepa que los estudios radiológicos implican un riesgo que sólo se justifica si el examen tiene una indicación médica. Para lograr este objetivo en el año 2006 la Sociedad Argentina de Radiología preparó una “Guía de Recomendaciones para la Indicación de Estudios de Diagnóstico por Imágenes”, con el fin de apoyar al médico prescriptor. Esta Guía contiene los casos clínicos más frecuentes y una recomendación del estudio de diagnóstico más apropiado para cada caso. Actualmente la Guía fue entregada a las sociedades científicas que nuclean a los médicos prescriptores para su revisión y actualización en conjunto.

La participación del médico prescriptor en este proceso es fundamental, ya que se ha determinado que el principio de “justificación de la práctica” es el más importante para proteger a la población del riesgo.

2- Optimización de la práctica: Una vez que los estudios estén justificados se intenta que los mismos se realicen en condiciones óptimas para que las dosis sean tan bajas como sea posible. Para ello es muy importante que los equipos se encuentren bien mantenidos, calibrados y que se usen los parámetros operativos más adecuados para cada estudio.

3- Prevención de accidentes (riesgos potenciales): En Radioterapia pueden producirse fallas que ocasionen que el paciente reciba una dosis mayor o menor que la necesaria, y ambos casos deben evitarse. Estos accidentes en general son originados en errores humanos, y han ocurrido en muchos países aunque afortunadamente no en el nuestro. También en “Intervencionismo”, usando equipos de fluoroscopía, se pueden producir lesiones de cierta gravedad. Es muy importante la capacitación del personal, la presencia de personal especializado, y el diseño de Sistemas de Calidad con la participación de todo el personal.

4- Capacitación y entrenamiento: El equipo médico debe contar con una calificación adecuada. Esto es muy importante para las nuevas especialidades médicas que están usando equipos de fluoroscopia sin haber recibido una formación adecuada en radiología y radioprotección. Los principios de radioprotección deben estar incluídos en la curricula de las carreras de medicina, en los cursos de especialistas, y en los programas de certificación profesional.

5- Difusión de los criterios de PRP: A fin de hacer una difusión adecuada de los criterios de PRP en todo el país, incluyendo el público en general, se dictan Cursos, seminarios y talleres, a todo nivel. El año pasado se desarrolló la 6ª Jornada de Protección Radiológica del Paciente, en el marco del 57° Congreso Argentino de Radiología, con la participación de numerosas entidades científicas relacionadas.

6- Estructura de control y supervisión: Con el fin de establecer un sistema de control que estimule las buenas prácticas y corrija las desviaciones, se han realizado propuestas a las autoridades competentes para establecer Servicios permanentes de Protección Radiológica en los hospitales.

La población no debe dudar en realizarse los estudios prescriptos por un médico, porque cuando se cumplen los criterios de justificación y optimización el beneficio es mucho mayor que el riesgo.

Las asociaciones profesionales especializadas están trabajando en este tema en forma continua, intensa y responsable.

 

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