Monitoreo de niveles de Renina | 30 AGO 10

¿Pueden los antihipertensivos aumentar la presión arterial?

Investigadores señalan que el hallazgo sucede en un porcentaje "significativo" de personas.

Algunos de los más populares medicamentos para controlar la hipertensión podrían aumentar la presión arterial en un porcentaje "estadísticamente significativo" de pacientes, según informan investigadores.

La advertencia tiene su origen en un nuevo estudio que aparece en la edición en línea de la revista American Journal of Hypertension. En la investigación participaron 945 residentes de la ciudad de Nueva York que participaban en un programa diseñado para controlar la presión arterial alta en el lugar de trabajo entre 1981 y 1998.

"Todo profesional clínico sabe que hay una variación en la respuesta al tratamiento antihipertensivo, y que algunos pacientes experimentarán un aumento en la presión arterial", aseguró en un comunicado de prensa de la American Society of Hypertension el autor del estudio, el Dr. Michael Alderman, profesor de epidemiología, salud de la población y medicina del Colegio de Medicina Albert Einstein de la Universidad de Yeshiva, y ex presidente de la asociación. "Este último fenómeno por lo general se atribuye a que el paciente no toma sus medicamentos, o a un evento aleatorio. Pero estos datos muestran que no se trata de un evento aleatorio".

Ninguno de los participantes del estudio, que tenían una presión arterial sistólica de al menos 140 mm Hg, había sido tratado por hipertensión antes de inscribirse en el estudio. Una vez inscritos, a todos se les recetó uno de dos tipos de medicamentos antihipertensivos: un fármaco llamado medicamento "V" para reducir el volumen sanguíneo (mediante un diurético o un bloqueador del canal de calcio) o un fármaco llamado "R" (un bloqueador beta o un inhibidor de la ECA) para reducir la enzima renal (renina) que es vital para el control de la presión arterial.

Tras monitorizar y revisar tanto la actividad de renina plasmática (ARP) como los niveles de presión arterial sistólica durante el tratamiento, Alderman y su equipo encontraron que los niveles de renina en plasma predecían si un medicamento "V" o "R" beneficiaría o resultaría problemático para un paciente en particular.

En general, 7.7 por ciento de los pacientes experimentaron un aumento clínicamente significativo en la presión arterial de 10 mm Hg o más. El mayor porcentaje de estas respuestas, con 16 por ciento, ocurrió en pacientes con niveles bajos de renina que recibieron un fármaco "R" (un bloqueador beta o un inhibidor de la ECA).

En vez de un evento al azar, una elevación de la presión arterial por un fármaco en particular sugería "una mala correspondencia entre el estatus de renina del paciente y el medicamento", señaló Alderman. "Nuestros hallazgos sugieren que los médicos deben usar los niveles de renina para predecir el primer medicamento más adecuado para tratar a los pacientes de hipertensión". Por ejemplo, los investigadores escribieron que "nuestros datos indican que los pacientes con valores bajos de ARP están en el mayor riesgo" de un aumento clínicamente significativo de la presión arterial sistólica si se les receta un medicamento R.

 

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