En un servicio de oftalmología

Identificación y control de queratoconjuntivitis por adenovirus

Identificación de queratoconjuntivitis por adenovirus en servicio de oftalmología y evaluación de una nueva política de control de la infección

Autor/a: Dres. JKG Dart, AN El-Amir, T Maddison, et al.

Fuente: Br J Ophthalmol 2009 93: 18-20

La queratoconjunctivitis por adenovirus es una de las infecciones intrahospitalarias más comunes en los servicios de oftalmología. Se origina en el contacto directo con el tonómetro, goteros o las manos contaminadas del personal del hospital, como así también por la contaminación de superficies fuera del consultorio, donde el virus puede sobrevivir durante días en estado disecado. La queratoconjuntivitis por adenovirus (QCA) es preocupante debido al alto grado de morbidad y complicaciones visuales a largo plazo. Las epidemias intra-hospitalarias han llegado a provocar el cierre de servicios de oftalmología. La queratoconjuntivitis es por lo general unilateral con limfoadenopatía preauricular y submandibular. También pueden existir infecciones respiratorias y de vías urinarias asociadas. Los síntomas oculares incluyen: serias molestias, fotofobia, secreción purulenta, edema conjuntival y hemorragia subconjuntival con queratitis punctata. Se pueden desarrollar pseudomembranas en la conjuntiva tarsal, generalmente después del séptimo día, y esto puede dejar cicatrices en la conjuntiva. A las dos semanas, se desarrollan infiltrados subepiteliales en la córnea que pueden durar semanas, meses o años, provocando una molestia crónica, fotofobia y disminución de la agudeza visual.

Afortunadamente las cicatrices en córnea son poco frecuentes. No es suficiente el lavado de manos y desinfección del instrumental para prevenir la infección intrahospitalaria. A pesar de la implementación de medidas para el control de infecciones como lavado de manos, limpieza de superficies, uso de goteros descartables y evitando el uso de tonómetro, se informaron varios casos de infección, incluso de contagio del personal en la Comisión de Control de Infecciones del Hospital de Ojos de Moorfiels, en 1998. Esto tuvo como resultado la realización de una auditoria, para establecer cual era el origen de la infección intrahospitalaria de QCA. Posteriormente se implementó una nueva política para controlar la infección, que consistió en separar a los casos probables de QCA en una sala de espera y consultorio especiales, y acelerar su atención para reducir la exposición del personal y los demás pacientes en las áreas comunes.

Auditoría de casos de queratoconjuntivitis por adenovirus adquirida en nosocomio y en la comunidad, a lo largo del período de estudio.

(gris: nosocomio, negro: comunidad)

La prevención de epidemias es una cuestión importante para la salud pública. Además de todas las medidas que normalmente se toman para evitar infecciones, es necesario separar a los casos potenciales.

Lamentablemente, la separación de los pacientes potencialmente infectados es difícil de implementar en consultorios externos. Este informe destaca como pueden optimizarse las medidas de control de infección, mediante el uso de una sala de espera separada y consultorios especiales.

El índice de infecciones intrahospitalarias, antes de implementar esta política era de 75/155 (48%) en los primeros 12 meses, durante los cuales se realizó auditoría luego de que varios integrantes del personal se contagiaran en el servicio de oftalmología. Con anterioridad solo se sabía que el número de casos de QCA había aumentado. La auditoría mostró que existía una epidemia crónica de QCA que había pasado desapercibida. Luego de implementar la política de separar a los pacientes y de realizar controles permanentes, hubo una disminución en la proporción de casos originados en el nosocomio (22,7% - 5/22), aunque también disminuyó el número total de casos por mes, probablemente debido a una menor prevalencia de la enfermedad dentro de la comunidad, durante este período. No obstante, este índice seguía siendo inaceptablemente elevado, probablemente como reflejo de una implementación parcial de la política de control. En los 27 meses siguientes, el índice bajó a 3,4% (8/235), aunque el índice mensual general aumentó, probablemente como reflejo del aumento de la incidencia dentro de la comunidad. Este avance podría ser  resultado del nombramiento de una enfermera dedicada a control de infección, que trabajó con el personal de oftalmología para que se tomara conciencia de la nueva política y mejorar su funcionamiento. Otro efecto posible de la política de separación, que no puede ser medido, es que puede haber provocado una mejor implementación de las medidas básicas de higiene. La importancia de la política de separación de los pacientes está demostrada por la constante disminución de la proporción de casos originados en el nosocomio durante los 27 meses de auditoría.

Esta política contra los casos de conjuntivitis aguda, redujo diez veces las infecciones intrahospitalarias. Se destinó una importante cantidad de recursos para proporcionar el espacio de la sala de espera separada y consultorios especiales y esto puede no ser viable en todos los servicios de oftalmología. Sin embargo, en este mismo servicio, cuando no se disponía de la sala y consultorio especial se siguieron los mismos principios separando a los pacientes, utilizando un microscopio especial y delimitando la zona, estas medidas pueden implementarse en todas las unidades de oftalmología. Las infecciones intrahospitalarias son inaceptables pudiendo implementarse medidas y estrategias para reducir los índices mediante buenas prácticas aplicables a todas las especialidades. El presente informe demuestra como medidas simples pueden ser eficaces para lograr este objetivo.

Conclusiones
 
La realización de una auditoría para identificar infección de QCA intrahospitalaria, detectó que existía una infección crónica en el servicio de emergencias oftalmológicas del Hospital de ojos Moorfields. Esto se controló separando a los pacientes, como medida adicional al control de infecciones, lo que prácticamente eliminó el contagio intrahospitalario de QCA.

Síntesis y traducción: Dr. Martín Mocorrea, especialista en oftalmología.

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