Corrientes | 25 FEB 08

Profesionales de salud a un paso del burn out

El síndrome de burn-out, descrito por Herbert Freudenberger en 1974, es la enfermedad profesional del siglo XXI. Aunque su traducción al castellano ha sido diversa (desmoralización, agotamiento, desgaste o quemazón profesional), los rasgos definidores de la enfermedad se han ido agrupando en un conjunto de síntomas y signos.

(Por Graciela María Espinoza*)

Su característica esencial es el agotamiento emocional y escepticismo, que se manifiestan entre los profesionales en el ejercicio de su actividad laboral, cuando ésta se realiza en el campo de los servicios humanos o en las denominadas profesiones de ayuda (la salud, la educación, la seguridad pública, etc.).
“Los equipos de salud sufren una crisis de insatisfacción en el ejercicio de la profesión", precisó días atrás, en el diario La Nación, el doctor Gustavo Cardigni, jefe de Terapia Intensiva del Hospital Garrahan y tesorero de la Sociedad Argentina de Pediatría

El estrés laboral crónico que padecen los trabajadores de la salud afecta negativamente el rendimiento y la calidad del servicio profesional.

En su voluntad por adaptarse y responder eficazmente a un exceso en las demandas y presiones laborales, sumados a la falta de reconocimiento social y económico los someten a un esfuerzo intensivo y sostenido en el tiempo, a una sobre exigencia y tensión que conlleva el riesgo de contraer enfermedades.

El síndrome de desgaste profesional es un proceso gradual de pérdida de interés en el trabajo, pérdida de responsabilidad, propensión a cometer errores en sus actos médicos, hasta llegar a una depresión severa que podría invalidarlo.

A quienes afecta el síndrome de burn-out? Nadie está exento de sufrir estrés laboral, pero este síndrome aparece principalmente en las personas que trabajan en la educación y en el sector salud.

¿Cuándo aparece el burnout? Cuando el estrés sobrepasa las capacidades adaptativas del individuo. Cuando el médico insiste sin éxito en concretar sus metas y objetivos y pronto es conciente que el esfuerzo no se correlaciona con el reconocimiento social y económico. O cuando existe discrepancia entre las expectativas e ideales individuales por un lado, y la dura realidad de lo cotidiano por el otro.

Son muchas las variables que intervienen en el síndrome de desgaste profesional, algunas de índole personal, como el tipo de personalidad, su entorno familiar, la especialidad elegida, su destreza y experiencia en la práctica profesional. Pero son sin duda un entorno laboral negativo y una situación socio-económica adversa los factores más relevantes.

Es importante reconocer en uno mismo las primeras señales de cansancio laboral. El síndrome de burnout se manifiesta con síntomas físicos, emocionales e intelectuales. Los síntomas físicos son los primeros en aparecer e incluyen alteraciones cardiovasculares (crisis hipertensivas), fatiga crónica, cefaleas y migraña, alteraciones gastrointestinales (colon irritable, úlcera duodenal), mialgias, alteraciones del sueño, disfunciones sexuales, etc.

Entre las alteraciones conductuales destacan los trastornos alimentarios, el abuso de drogas, fármacos y alcohol, el ausentismo laboral, el tabaquismo. En ocasiones surgen conductas paradójicas defensivas como la hipertrofia de "hobbies" (que llenan la mente del trabajador incluso en horas de trabajo), seudo ausentismo laboral con el desarrollo de conductas cuyo objeto es limitar el número de horas reales en el centro de trabajo (actividades sindicales, talleres culturales, etc.).

Las alteraciones emocionales más frecuentes son ansiedad, depresión, irritabilidad, disforia, baja autoestima, falta de motivación, dificultades de concentración, distanciamiento emocional, sentimientos de frustración profesional y deseos de abandonar el trabajo. En España, el costo económico por ausentismo y bajas laborales que genera esta situación superan los 20.000 millones de euros al año. En EEUU están creciendo los niveles de estrés según lo confirma un amplio estudio del NIOSH (Nacional Institute for Occupational Safety and Health) el cual demuestra que mientras en el año 2001 los trabajadores que reportaron estrés fueron el 37%, en el 2002 esta cifra ascendió al 45%.

De acuerdo a la American Psycologycal Association el 60% del ausentismo laboral se debe al estrés relacionado al trabajo, y su costo anual asciende a 57 billones de dólares. Con esta base la NBC anuncia y pone a la comunidad al tanto de la gravedad de este síndrome para que se tomen las medidas preventivas.

 

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