Eritropoyetina | 12 MAR 08

Infarto de miocardio y niveles de Hemoglobina

Incremento temprano de los niveles de hemoglobina independientemente de la eritropoyetina.
Autor/a: Dres. Ferrario M, Massa M, Tavazzi L y colaboradores Fuente: SIIC European Heart Journal 28(15):1805-1813, Ago 2007

Los pacientes con infarto agudo de miocardio presentan incremento temprano de los niveles plasmáticos de hemoglobina independientemente de la eritropoyetina.

Introducción

La eritropoyetina (EPO) es el mediador más importante en la respuesta renal a la hipoxia y la responsable de la diferenciación y proliferación hacia la línea eritroide de las células madres en la médula ósea; como consecuencia, se incrementa la masa eritroide circulante y mejora el aporte de oxígeno a los tejidos. Sin embargo, la EPO tiene acción sobre otros tejidos; por ejemplo, la regulación por aumento de la EPO por el factor inducible por hipoxia tipo 1, al igual que sucede con el factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF [vascular endothelial growth factor]) y otras proteínas involucradas en la respuesta adaptativa a la hipoxia. Esta respuesta se observa en los fibroblastos renales peritubulares, en las neuronas, los hepatocitos y los cardiomiocitos. Además, la expresión de los receptores de EPO no está restringida a las células renales sino que se observa en neuronas, células de la glía, células endoteliales y cardiomiocitos.

Dos efectos no eritropoyéticos de la EPO son, por un lado, su acción antiapoptótica y, por el otro, su efecto movilizador de las células progenitoras del endotelio (CPE). Por lo tanto, la EPO aumenta el número de CPE tanto en animales como en seres humanos y, dentro de éstos, tanto en sujetos sanos como en pacientes con insuficiencia renal. Por ello, la EPO puede considerarse un factor que participa de la respuesta reparativa del tejido dañado por hipoxia. Si bien se han publicado artículos que informaron sobre el incremento del nivel de EPO en plasma luego de un infarto, no se efectuaron estudios que evalúen el comportamiento de la EPO y su relación con la CPE en pacientes con infarto agudo de miocardio (IAM).

Este estudio describió el patrón plasmático de los niveles séricos de EPO endógena en pacientes con IAM, en comparación con sujetos sanos y en relación con las CPE.

Materiales y métodos

Fueron incluidos 50 pacientes de 252 que presentaron IAM con elevación del segmento ST en el electrocardiograma, y fueron sometidos a una intervención coronaria percutánea primaria dentro de las 6 horas del establecimiento de los síntomas. El diagnóstico de IAM se realizó teniendo en cuenta la presencia de dolor precordial por más de 30 minutos asociado con la elevación persistente del segmento ST de más de 1 mm en 2 o más derivaciones periféricas o de más de 2 mm en derivaciones precordiales. Fueron excluidos los individuos con más de 75 años, clasificación de Killip de grado 3-4, antecedente de enfermedad cardíaca previa, traumatismo grave o cirugía dentro de los 6 meses previos del estudio, cáncer, enfermedades inflamatorias activas o crónicas, coagulopatías, enfermedad pulmonar obstructiva crónica e insuficiencia renal o hepática.

Se evaluó la oxigenación en sangre, se determinó EPO y VEGF plasmáticas en muestras de sangre venosa, también se estudiaron las concentraciones total y de la fracción MB de creatinina. Los valores control se obtuvieron de individuos sanos dentro del mismo período.

Todos los pacientes fueron sometidos a coronarioangiografía e intervención coronaria percutánea primaria. El tamaño del daño miocárdico, producto del infarto, se calculó con base en los valores de creatinina y de la fracción MB de creatinina. También se determinó la concentración de proteína C reactiva en plasma, los niveles de citoquinas y se realizaron análisis de citofluorometría para determinar las concentraciones de células progenitoras, que luego fueron cultivadas in vitro.

Los datos se informaron como promedio ± desvío estándar o la mediana, según correspondiese. Las pruebas estadísticas utilizadas fueron la de la t, la de Mann Whitney y ANOVA, según la variable analizada.

Resultados

Los datos demográficos y epidemiológicos de los pacientes controles y de aquellos con infarto fueron similares, lo que permitió la comparación de los resultados en ambos grupos. En cuanto a los pacientes, 16 refirieron angina preinfarto y 26 presentaron infarto de miocardio de cara anterior asociado con oclusión de la arteria coronaria descendente anterior. En 40 participantes, la coronarioangiografía y la intervención coronaria percutánea primaria fueron eficaces y permitieron la perfusión adecuada del tejido miocárdico.

Los valores de los niveles de EPO plasmáticos en sujetos con infarto fueron significativamente superiores a los controles al ingreso al hospital, a las 24 horas y a los 7 días. El valor de recuento de células rojas de la sangre fue menor en el caso de los pacientes con infarto a las 24 horas y a los 7 días. No se informó correlación entre los valores de EPO y de hemoglobina circulante en sujetos sanos, tampoco en aquellos con infarto de miocardio al ingreso o a las 24 horas. A los 7 días del infarto, los valores de EPO plasmática se correlacionaron en forma inversa con la concentración de hemoglobina y el hematocrito. Tampoco se halló correlación entre los valores de EPO y la creatinina o la fracción MB de la creatinina.

En el ingreso al hospital, el porcentaje y el número absoluto de células endoteliales progenitoras fueron mayores en los pacientes con infarto de miocardio (con angina preinfarto o sin ella), y se correlacionó con el valor de EPO plasmática. Para evaluar la probable influencia de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) sobre el número de progenitores circulantes, se evaluaron por separado los pacientes que recibían IECA antes del infarto y aquellos que los recibieron a las 24 horas del episodio o a los 7 días; no se encontraron diferencias entre los grupos.

Los niveles plasmáticos del factor de crecimiento estimulante de granulocitos (FCE-G) fue similar en ambos grupos al ingreso al hospital; sin embargo, a las 24 horas, los pacientes con infarto presentaron incremento significativo de los valores plasmáticos pero, a los 7 días, los valores se volvieron a equiparar. Los niveles de FCE-G no se correlacionaron con los de EPO.

 

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