Actualización y tratamiento | 20 DIC 06

Melanoma en la infancia

El melanoma en la infancia es una enfermedad rara y potencialmente fatal que tiene mejor pronóstico y sobreviva cuando se diagnostica y trata en forma temprana.

El melanoma cutáneo es raro en la población pediátrica, correspondiendo entre el 1 y el 3 % de las enfermedades malignas de la infancia.  En Estados Unidos, aproximadamente el 2 % (1-4%) de todos los melanomas ocurren en personas menores de 20 años de edad.  No obstante, la incidencia de melanoma en la infancia está en aumento.  El melanoma es siete veces más frecuente en la segunda década de la vida que en la primera.  Ocurre en forma similar en ambos sexos, con un ligero predominio en el sexo femenino.  Los melanomas pediátricos pueden dividirse en prepuberales y postpuberales.  Los primeros se dividen en: congénitos (en útero al nacimiento), infantil (desde el nacimiento hasta el año), y de la infancia ( desde el año hasta la pubertad). Es útil separarlos por grupos de edades ya que la epidemiología y los factores de riesgo difieren.

Aproximadamente el 50% de los melanomas de la infancia se desarrollan en asociación a lesión preexistente: cerca del 30 % asociado a nevos melanocíticos congénitos gigantes y 20 % en asociación con otras lesiones (nevos melanocíticos adquiridos, y nevos melanocíticos congénitos pequeños y medianos). 50 al 70 % de los melanomas que se desarrollan a partir de nevos melanocíticos congénitos gigantes lo hacen antes de la pubertad.  En contraste, los melanomas que se desarrollan de nevos melanocíticos congénitos pequeños ocurren después de la pubertad.  Las características clínicas y el pronóstico de éstos melanomas se asemejan a las de la población adulta aunque la distribución de los tipos difieren. 
En adultos, el 70 % son melanomas extensivos superficiales, mientras que el 15 % son del tipo nodular. En comparación, en un estudio de 126 casos de melanomas en pacientes menores de 20 años ,63 % eran extensivos superficiales y 27 % melanomas nodulares.

Los melanomas en los niños tienden a ser más gruesos al momento del diagnóstico comparándolos con los adultos. Las razones de la mayor incidencia de melanomas intermedios o gruesos (+ de 1.5 mm) en los niños es multifactorial y puede incluir: diagnóstico tardío, mayor incidencia de melanomas que se desarrollan de nevos melanocíticos congénitos gigantes, los cuáles son más profundos y más difíciles de diagnosticar en forma temprana y mayor incidencia de melanomas nodulares en la niñez.

Los factores de riego incluyen nevos melanocíticos congénitos gigantes, síndrome del nevo displásico, nevos melanocíticos adquiridos, nevos atípicos esporádicos, xeroderma pigmentoso, inmunosupresión, historia familiar de melanoma.
Existe considerable controversia acerca de si los nevos congénitos pueden ser considerados como factor de riesgo de melanoma. Estos nevos pueden dividirse en pequeños (- 1.5mm), medianos (1.5 hasta 20 mm) y gigantes (+ de 20 mm).  Mientras que el riesgo de desarrollar melanoma en nevos congénitos pequeños y

 

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