Los antidepresivos tricíclicos se emplean frecuentemente y sus efectos han sido demostrados en experiencia documentada y en diversas investigaciones. Textos modernos sobre el tratamiento de enfermedades neurológicas recomiendan primariamente el uso exclusivo de antidepresivos para el abordaje de la NPH; estos agentes se combinan con neurolépticos para incrementar la analgesia. Algunos autores sugieren la administración adicional de un opioide si la analgesia es inadecuada. En este contexto se debe recordar que hace sólo una década los opioides no eran considerados efectivos para el tratamiento del dolor neuropático. Sin embargo, las investigaciones han conducido a la utilización de opioides en la terapia del dolor crónico no relacionado a tumor, mientras que el uso de opioides en dolor neuropático constantemente está siendo revisado. Pese a ello, la terapia opioide para dolor neuropático sigue siendo controversial. (6)
El Tramadol es un analgésico sintético de acción central con actividad analgésica opioide y no opioide. El componente no opioide está relacionado con la inhibición de recaptación de norepinefrina y serotonina a nivel espinal. De este modo, existe paralelismo con los antidepresivos que, se cree, potencializan el efecto de aminas en los sistemas de alivio del dolor endógeno. Hay evidencia de que en el Tramadol ambos mecanismos actúan sinérgicamente con respecto a la analgesia. (6)
El medicamento en cuestión logra la modulación medular del dolor a través de activación indirecta de los adrenoceptores alfa-2 posts inápticos, lo cual impide que los impulsos lleguen al cerebro. Así pues, el efecto global del Tramadol es resultado de múltiples mecanismos de acción farmacológica opioides y no opioides, de modo que el grado de alivio del dolor es mayor que la suma de los componentes individuales de su acción. Esta sinergia deriva en una reducci
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