¿Cómo llegó este broncofibroscopio al Hospital de Clínicas?
La firma importadora, una de las tres que lo fabrica en el mundo, había traído este aparato para utilizarlo en el medio privado. Pero en el medio privado argentino no hubo lugar para hacer diagnóstico temprano o medicina preventiva porque ni las prepagas ni las obras sociales se interesan por solventarlo. Por otra parte, en ese ambiente teníamos limitaciones éticas para dar a conocer esta tecnología y, entonces, teníamos dificultades para llegar a los pacientes que requirieran el procedimiento. En el hospital universitario estas limitaciones no existen: sentimos gran libertad para promoverlo. La empresa alemana aceptó nuestra sugerencia de instalar el broncofibroscopio en el Hospital de Clínicas demostrando así una gran generosidad, porque es un aparato que vale alrededor de cien mil dólares. Nos lo donaron en junio de 2003.
¿El procedimiento es gratuito para los pacientes del hospital?
No, pero se lo puede hacer gratuitamente a las personas que no tienen recursos. El hospital ofrece esa posibilidad.
¿Cómo funciona esta tecnología? ¿Cuál es su uso?
La fluorescencia es una característica propia de los tejidos, pero se da en una longitud de onda que nuestro ojos no captan. Entonces, por un lado el aparato ilumina las mucosas con una luz azul (proveniente de una lámpara de xenón); por otro, un juego de filtros permite que, a través de una cámara, la imagen sea llevada al monitor o al ocular del aparato.
Esta tecnología sirve para el diagnóstico de las lesiones centrales, asentadas en las primeras divisiones bronquiales, que son las accesibles al broncofibroscopio. Intentamos detectarlas tempranamente: donde vemos un cambio de color hacemos una toma de tejido para una biopsia. Es el patólogo el que nos dice de qué se trata: si es una lesión maligna incipiente, premaligna o una lesión que está comenzando a ser invasora. El pronóstico de esas lesiones una vez tratadas es mucho mejor que el habitual.
¿Cuáles son las limitaciones de este aparato?
No se puede avanzar más allá de los grandes bronquios porque el calibre del aparato no lo permite. Las lesiones más periféricas del pulmón se detectan a través de la tomografía de alta resolución.
¿Quiénes son "candidatos", o sea, los pacientes a los que se les recomienda este estudio?
Esta práctica no es para todo el mundo, sino para un grupo de pacientes bien concreto. Se han definido los grupos de riesgo para cáncer de pulmón: los enfermos con EPOC de larga evolución; los grandes fumadores (que han fumando durante más de 20 años más de 20 cigarrillos por día); los que ya tuvieron cáncer de pulmón y aquellos que han tenido un tumor de la vía aerodigestiva alta (por ejemplo, cáncer de laringe, esófago, etc.). En esos enfermos sería aconsejable hacer el estudio porque su pronóstico mejoraría notablemente si se encontrara alguna lesión incipiente.
¿Cuáles serían los beneficios del uso de esta tecnología preventiva en forma habitual (en los pacientes descriptos)?
Hace unos años hicimos una estadística que demostraba que más del 70% de los enfermos que llegaban al hospital y se internaban, tenían un cáncer avanzado que ya no permitía utilizar el único tratamiento curativo que hay, la cirugía. La otra ventaja adicional que tiene la detección de lesiones incipientes -todavía no invasoras- es que pueden ser tratadas sin cirugía, porque este mismo aparato sirve para hacer terapia fotodinámica. Al detectar lesiones tempranas hay varios tratamientos posibles: braquiterapia, terapia con láser, crioterapia, terapia con electrocauterio o terapia fotodinámica, que permiten alto porcentaje de curación (más del 90%) en el cáncer de pulmón, detectado cuando está confinado a las capas superficiales de la mucosa.
Esta información cambia todo el panorama y hace que los médicos debamos salir a buscar la enfermedad y no quedarnos esperándola.
¿Qué repercusión encontraron entre los colegas? ¿Reciben derivaciones?
Como este aparato ofrece la posibilidad de grabar los procedimientos, en los congresos y las jornadas vamos mostrando los primeros resultados con material gráfico de buena calidad. Pero todavía falta mucha difusión porque, ¿quién puede detectar a estos candidatos? Los generalistas o los especialistas en medicina interna: ellos son los que tienen que estar al acecho. Es a ellos a quienes queremos llegar para convencerlos de que se trata de un método tolerable, con prácticamente ningún riesgo y con resultados alentadores que podremos empezar a mostrar.
¿Qué capacidad de trabajo tienen? ¿Cuántos estudios semanales pueden hacer?
Podríamos hacer 10 por día, pero hacemos entre 4 y 6 por semana. Esto tiene que ver con el flujo de pacientes que llega. Si tuviéramos una demanda mayor, podríamos cubrirla. Dependerá de cuánto se difunda el método y cuáles sean los resultados. Nos basamos en la experiencia de otros países que demuestra que la autofluorescencia tiene -por lo menos- el doble de capacidad de detección que la luz blanca. Desde el punto de vista estrictamente científico puede haber un sesgo, porque no podemos desconocer que estos datos son suministrados por los grupos que utilizan la autofluorescencia. Es por ello que estamos intentando ver cuál es el verdadero valor esta tecnología, que es prometedora pero no es una panacea.
¿Cómo pueden informarse más profundamente los médicos interesados en conocer el procedimiento?
Cada procedimiento es seguido por especialistas, residentes y estudiantes, ya que esto tiene un efecto multiplicador. Invitamos a los colegas interesados a comunicarse con nosotros para obtener más datos o presenciar un estudio en el hospital.
Consultas
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