La flebitis comienza cuando al insertar un catéter en una vena ésta se lesiona, causando una alteración en el flujo sanguíneo. El movimiento del dispositivo en el interior de la vena provoca alteraciones endoteliales. Los signos que encontramos son un ligero enrojecimiento en la zona, calor a la palpación y en fase avanzada puede causar una limitación en el futuro acceso venoso, porque esta vena no podrá volver a utilizarse debido a que se formará en el sitio de inserción o circundante un tejido de cicatrización. El síntoma en el paciente es dolor moderado a intenso.
Reanudar una vía intravenosa cerca de una vena con flebitis hace que sea difícil determinar si el enrojecimiento se debe a una lesión anterior o a la actual zona de punción.
Existen factores que afectan a la elección de la zona de punción:
· Duración del tratamiento endovenoso:
Si el paciente tiene un tratamiento de larga duración se debe comenzar a punzar los accesos venosos más dístales, alternando los sitios a utilizar.
· Tamaño y material del catéter.
La hemodilución es importante para prevenir la irritación de la vena. El calibre del catéter debe ser lo más pequeño posible, por lo general se utilizan Nº 20 o 22.
Si el calibre es pequeño su inserción resulta más fácil y evita mayor superficie de contacto con la vena. Los catéteres intravasculares son fabricados con materiales biocompatibles.
Los dispositivos de teflon son rígidos, tienen alta incidencia de trombosis, y no se deslizan fácilmente. Los catéteres construidos
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