Actualización | 02 ENE 04

Conjuntivitis leñosa

La conjuntivitis leñosa es una forma rara de conjuntivitis crónica caracterizada por el desarrollo de lesiones pseudomembranosas leñosas, ricas en fibrina, presentándose principalmente en la conjuntiva tarsal.
Autor/a: Dres. Schuster V, Seregard S. Surv Ophthalmol. 2003 Jul-Aug;48(4):369-88.
INDICE:  1. Desarrollo | 2. Desarrollo
Desarrollo

Contenido esquemático de la revisión:

I. Revisión histórica

II. Características

A. Aspectos clínicos de la conjuntivitis leñosa

La conjuntivitis leñosa es una rara e inusual forma de conjuntivitis membranosa idiopática crónica, caracterizada por un lagrimeo inicial crónico, enrojecimiento de la conjuntiva y la subsecuente formación de membranas principalmente sobre la zona palpebral que progresan a blanco, blanco-amarillento o espesas masas rojizas con una consistencia similar a la leñosa reemplazando a la mucosa normal. Normalmente se producen múltiples recurrencias luego de la extirpación local. Es frecuente en niños, aunque puede manifestarse a cualquier edad, existen diversos trabajos clínicos que describen esta patología en personas con un rango de edades desde el nacimiento hasta los 85 años. Las lesiones pseudomembranosas sésiles, firmes o pedunculadas sobre la conjuntiva tarsal superior son las más frecuentes, las que involucran al párpado inferior y a la conjuntiva bulbar son menos reportadas. Más del 51% de los casos son bilaterales y en un 26 - 30% está afectada la córnea lo que puede culminar en ceguera como resultado de la cicatrización vascularizada, queratomalacia o perforación corneal. La duración de esta enfermedad tiene un rango reportado desde pocos meses a 44 años. Durante la fase aguda de la conjuntivitis leñosa, los signos y síntomas sistémicos tales como fiebre, infecciones del tracto respiratorio superior, urinarias o del tracto genital femenino pueden preceder u ocurrir concomitantemente con la enfermedad ocular y posiblemente funcionen como disparador para el desarrollo de pseudomembranas. Factores externos, tales como heridas, quemaduras, infecciones locales, polvo o cuerpos extraños, solos o en combinación con infecciones externas pueden inducir o exacerbar la formación de pseudomembranas en personas con predisposición y en un pequeño porcentaje, estas lesiones pueden resolverse cuando desaparece dicho factor desencadenante.

B. Hallazgos ultraestructurales, inmunohistológicos e histopatológicos, incluyendo aspectos patofisiológicos.

En la mayoría de los exámenes histológicos las pseudomembranas de los ojos afectados, muestran un epitelio delgado o erosionado con depósitos subepiteliales o superficiales de material eosinófilo hialínico amorfo y focos de tejidos con granulación persistente acompañados por células inflamatorias, principalmente linfocitos, células plasmáticas y granulocitos. En la superficie ulcerada se observa amplias áreas cubiertas por exudados. El epitelio remanente puede ser hiperplásico y se extiende irregularmente dentro de la substantia propria en forma de quistes, cordones y estructuras glandulares. Las lesiones leñosas pueden contener también cantidades variables de mucopolisacáridos en los tejidos con granulación adyacente. La plasmina juega un rol muy importante en la cicatrización de las heridas porque contribuye al desplazamiento de la matriz extracelular rica en fibrina. La principal característica de la conjuntivitis leñosa es una capacidad deteriorada de cicatrización con una interrupción en el estado de granulación de los tejidos formados y depo

 

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