Desde hace más de mil años el ácido acetil salacílico (AAS) se utiliza ampliamente para el tratamiento de enfermedades inflamatorias, pero poco tiempo después se describieron violentos ataques de asma e incluso asociaciones tales como asma, aspirina y poliposis nasal conocidas como la triada AAS (1). A partir de que Vane descubriera que el AAS inducía su efecto antiinflamatorio por inhibición de la ciclooxigenasa (COX), se pensó que éste podría ser un hecho importante para explicar la intolerancia y se formuló la teoría fisiológica de la ciclooxigenasa, observando que a mayor poder de inhibición de la COX mayor gravedad de la reacción (2). Pero en los
últimos años han aparecido trabajos que demuestran un aumento en la producción de cysteinil leucotrienos por una alteración en la modulación de prostaglandina E (2).
El descubrimiento de que existen dos tipos de ciclooxigenasas COX 1 y COX 2 que actúan sobre el ácido araquidónico para la formación de prostaglandinas, prostaciclinas y tromboxanos tiene implicancias terapéuticas y su uso puede ser útil en pacientes intolerantes a AINE. Actualmente, existen en nuestro país los inhibidores de la COX 2 selectivos que inhiben en mayor medida a la COX 2 (nimesulida) y específicos que inhiben exclusivamente a la COX 2 como el rofecoxib y el celecoxib de los cuales se podría esperar una mayor o total tolerancia en los pacientes intolerantes a AINE (3).
Éste es el motivo que nos llevó a realizar la prueba de provocación oral controlada y progresiva con el rofecoxib en esos pacientes.
Material y métodos
Fu
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