Antibióticoterapia | 25 JUN 01

Tratamiento de la Sepsis

Si bien es cierto que el uso de los antibióticos para el tratamiento de las infecciones bacterianas transformó la práctica de la medicina, también lo es el hecho que la mortalidad ha permanecido alta cuando una infección bacteriana aguda origina una sepsis con shock, acidosis metabólica, oliguria o hipoxemia.
Autor/a: Dr. Rodolfo D. Altrudi 
INDICE:  1. Introducción | 2. Introducción
Introducción

En fracaso en los últimos 15 años de distintos tratamientos destinados a reducir la mortalidad asociada con la sepsis, ha llevado al concepto actual de irreversibilidad una vez que los signos clínicos de sepsis severa están presentes y ha ocurrido daño orgánico.

Recientemente, Bernard y col. [1] han publicado los resultados de un ensayo multicéntrico internacional, randomizado, doble ciego, con grupo placebo control, que abarcó 1690 pacientes: 840 en el grupo placebo y 850 tratados con drotrecogin alfa (proteína C humana recombinante activada). Esta droga, que tiene propiedades antitrombóticas, antiinflamatorias y profibrinolíticas, se usó en una dosis de 24 ug/kg de peso/hora, durante 96 horas.

La mortalidad del grupo placebo fue del 30.8% y la del grupo tratado con proteína C activada del 24.7%, lo que representa una reducción en el riesgo relativo de muerte del 19.4% (95% intervalo confiable 6.6. a 30.5) y del 6.1% en el riesgo absoluto. Como contrapartida, el riesgo de sangrado fue mayor en este último grupo (3.5% vs. 2%; p=0.06).

En tratamiento fue efectivo sin distinción de la edad, severidad del cuadro, cantidad de órganos o sistemas comprometidos, sitio de la infección y tipo de agente infectante (gram positivos, gram negativos o ambos).

Además, el uso de la proteína C activada redujo la mortalidad aún cuando al inicio del tratamiento más del 70% de los pacientes estaban en shock y el 75% estaba en asistencia respiratoria mecánica.

¿Qué nos enseña la eficacia de este tratamiento sobre la patogénesis de la sepsis?

La respuesta inicial a una infección localizada, originada por la liberación de endo o exotoxinas, es la inducción a los macrófagos para generar citoquinasas inflamatorias, incluyendo el factor de necrosis tumoral (alfa), la interleukina-1 (beta) y la interleukina-8 [7].

Aunque las mismas juegan un papel importante en la defensa del huésped atrayendo a los neutrófilos activados al sitio de la infección, su ingreso - junto con los productos bacterianos - en la circulación sistémica, puede diseminar la injuria microvascular y llevar a la f

 

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