Aspectos destacados
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Introducción
La trabeculación excesiva es un fenotipo ventricular identificado por estudios de imagen, más frecuentemente ecocardiografía y resonancia magnética cardíaca (RMC). Al igual que el grosor o el diámetro de la pared ventricular, la presencia de trabeculación excesiva por sí sola no define la presencia de miocardiopatía. Como señalaron Jenni, Oechslin y colegas, la trabeculación excesiva puede ser una variante normal o una respuesta fisiológica a condiciones de precarga o poscarga aumentadas, como el embarazo o la participación atlética.
Debido a la considerable variación en la extensión de la trabeculación ventricular en la población, las personas con trabeculación excesiva de forma aislada pueden plantear desafíos de diagnóstico y tratamiento. Por ejemplo, se informa que la trabeculación excesiva está asociada con algunas afecciones patológicas, incluidos los trastornos del músculo cardíaco bien reconocidos. En tales casos, con frecuencia no está claro si el fenotipo en sí mismo identifica una miocardiopatía muy específica (y rara) (es decir, la llamada miocardiopatía no compactada del ventrículo izquierdo) o representa una respuesta secundaria a una precarga y/o poscarga alteradas en pacientes con disfunción miocárdica.
En este documento de consenso de expertos, resumimos los informes publicados relacionados con la trabeculación excesiva y su asociación con la miocardiopatía tanto en niños como en adultos. Excepto por el contexto histórico, evitamos el término "no compactación" porque la nueva investigación de biología del desarrollo muestra que el término tergiversa la naturaleza del desarrollo fetal de las paredes ventriculares. Usamos el término “trabeculación excesiva” cuando la morfología trabecular del ventrículo izquierdo supera los umbrales descritos previamente. Además, ofrecemos consideraciones para el manejo de pacientes en una variedad de situaciones con trabeculación excesiva.
Resumen
La trabeculación excesiva, a menudo denominada miocardio “no compactado”, se ha descrito en todas las edades, desde el feto hasta el adulto. Sin embargo, la evidencia actual sobre el desarrollo del miocardio no respalda la formación de miocardio compacto a partir de miocardio no compactado, ni la detención de este proceso para dar lugar a la denominada no compactación. La trabeculación excesiva se observa con frecuencia mediante estudios de imágenes en individuos sanos, así como en asociación con el embarazo, la actividad deportiva y con enfermedades cardíacas de origen heredado, adquirido, del desarrollo o congénito. Los adultos con trabeculación excesiva notada incidentalmente con frecuencia no requieren más seguimiento basado solo en el patrón trabecular.
Los pacientes con miocardiopatía y trabeculación excesiva son tratados por los síntomas cardiovasculares más que por el patrón trabecular. Hasta la fecha, no se ha demostrado que el papel pronóstico de la trabeculación excesiva en adultos sea independiente de otras enfermedades miocárdicas. En recién nacidos y niños con trabeculación excesiva y función normal o anormal, parece justificada la precaución clínica debido a la asociación informada con trastornos genéticos y neuromusculares. Este informe resume la evidencia sobre la etiología, fisiopatología y relevancia clínica de la trabeculación excesiva. Se indican las lagunas en el conocimiento actual de la relevancia clínica de la trabeculación excesiva, y se sugieren prioridades para futuras investigaciones y un mejor diagnóstico en adultos y niños.
Definiciones de trabeculación excesiva
Se han propuesto varias definiciones cuantitativas para la trabeculación excesiva. Con mayor frecuencia, los ecocardiografistas utilizan los criterios publicados por Jenni et al. Estos incluyen, primero, la presencia de un miocardio de 2 capas; en segundo lugar, una proporción de miocardio trabecular a compacto >2:1 medida al final de la sístole en la vista de eje corto. Se presume la localización típica de la trabeculación más pronunciada en los segmentos medio lateral, apical y medio inferior y la ausencia de anomalías cardíacas coexistentes. En un metaanálisis reciente que buscaba evaluar la prevalencia de la llamada falta de compactación, casi dos tercios de los estudios ecocardiográficos publicados utilizaron criterios que incluían miocardio trabecular a compacto >2:1 al final de la sístole. Con esta referencia, la prevalencia entre 23 cohortes fue del 0,56 %. Hasta donde sabemos, la prevalencia de trabeculación excesiva, del 0,076 %, se evaluó en solo 1 estudio ecocardiográfico neonatal basado en la población.
La trabeculación excesiva medida por los criterios actuales ocurre en individuos sin miocardiopatía. Cuando se aplicaron a la población general, los criterios de Petersen se cumplieron en aproximadamente el 20 % de los participantes en 5 cohortes representativas de la población en al menos 1 segmento miocárdico. Por lo tanto, los investigadores también han considerado parámetros como el espesor relativo o absoluto y la masa de las capas trabecular y compacta, el número de segmentos afectados, la ubicación de los segmentos afectados, la morfología trabecular y la morfología de los músculos papilares.
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