Luchan por un reconocimiento social que aún no ha llegado | 14 MAY 18

Enfermería, la profesión que los robots no consiguen imitar

Nos ayudan a nacer, vivir y morir. Las enfermeras y los enfermeros son imprescindibles en el cuidado y tratamiento de los pacientes

<p>Los pacientes valoran la calidad de los cuidados, la implicación profesional, el trato personalizado, la cercanía, el respeto, y el sentir que son la prioridad del enfermero. / Adobe Stock</p>

Nos ayudan a nacer, vivir y morir. Las enfermeras y los enfermeros son imprescindibles en el cuidado y tratamiento de los pacientes. Estos profesionales altamente cualificados luchan por un reconocimiento social que aún no ha llegado. No son ayudantes de los médicos, trabajan de forma autónoma y su labor no puede sustituirse con máquinas ni tecnologías.

Los robots son polifacéticos. Ya trabajan en hoteles, museos, farmacias y bufetes de abogados; cocinan, limpian, bailan y parlotean. En una sociedad que envejece, están cada vez más presentes en instituciones sanitarias. Es el caso de Da Vinci, el robot cirujano. No sustituye al médico y debe ser controlado por un facultativo durante toda la intervención. ¿Podrían las máquinas simular la labor de una enfermera, más allá de la aplicación de un tratamiento?

Existe un robot que mide el peso, la presión arterial y la saturación de oxígeno en solo tres minutos, pero la labor de la enfermera es mucho más que eso

El robot-enfermera existe y se llama WellPoint. Toma el peso, la presión arterial y realiza la pulsioximetría en tan solo tres minutos, añade estos datos a la historia clínica del paciente y lanza una serie de alarmas en caso de urgencia.

“Que una máquina realice esto en tiempo récord puede ser de gran ayuda”, reconoce Fernando Campaña, editor y responsable del Fanzine Nuestra Enfermería, un movimiento de contracultura enfermera. “Pero no es suficiente”.

Sin embargo, según Campaña, el valor que aporta una enfermera al tomar estos datos es el calor humano, tocar a la persona, explicar lo que se está haciendo, responder a sus dudas y preocupaciones, esperar antes de realizar una técnica, registrar todo esto y, además, hacer ciencia de ello.

Los enfermeros y enfermeras son los responsables directos de los cuidados de la salud de sus pacientes, tanto en su aspecto preventivo como en el curativo. Les ayudan a nacer, vivir y morir.

Un vínculo de vital importancia

“En mi opinión, es imposible reemplazar nuestra labor solo a través de la tecnología. Los enfermeros realizamos muchas más tareas de lo que la gente piensa”, explica a Sinc Jaime Ribas, enfermero y CEO de enfermera.io, plataforma web de enfermeros a domicilio. “Solo para igualar la labor física de un enfermero serían necesarios varios robots diferentes”.

El enfermero está a pie de cama, crea un vínculo con los pacientes y detecta sus necesidades

Aun así, según apunta Ribas, este no es el motivo principal por el que la enfermería no es reemplazable por la tecnología. Para él, la clave reside en el fuerte vínculo con el paciente. “El médico se centra en el diagnóstico y tratamiento –explica–. Tiene que tomar sus decisiones en poco tiempo y a veces no puede atender más de cinco minutos debido a la lista de espera”. Esto, sumado al uso de un lenguaje técnico, hace que la figura del médico pierda cercanía.

“Nosotros [los enfermeros] estamos al lado de una persona cuando más nos necesita. Tenemos la suerte de ejecutar y administrar los tratamientos que ha decidido el médico”, explica Ribas. “Disponemos de mayor tiempo junto a los pacientes, ya que debemos controlarlos para resumir su progresión”. Y no solo eso: aportan al paciente los conocimientos necesarios para que se mantenga sano y preserve su autonomía el mayor tiempo posible.

La relación enfermera-paciente se basa en la cercanía y la persistencia, dos cualidades que se consiguen con el trabajo a pie de cama. La aplicación de los planes de cuidados, la detección de necesidades y esa visión integral de la persona facilita una relación única. “En el caso de los enfermeros a domicilio, incluso accedemos al área más personal e íntima de la persona: su casa”, concluye Ribas.

“La indefensión que se sufre en un hospital cuando lo vives desde el otro lado es brutal", cuenta la enfermera Ana Polegre

Ana Polegre, enfermera y creadora de la marca y el blog Enfermera en Apuros, cuenta a Sinc una experiencia personal. Hace unos meses, tuvo que ser ingresada. “La sensación de indefensión que se sufre en un hospital cuando lo vives desde el otro lado es brutal. He podido comprobar la relación que se forja entre un paciente y su enfermero”, cuenta Polegre.

 

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