Una consulta frecuente: ¿qué hacer? | 18 MAR 09

Estomatitis aftosa recurrente

Ulceración o aftas: es la enfermedad más frecuente de todas las lesiones de la mucosa oral.
Autor/a: Dra. Amparo Pérez Borrego, Especialista en periodontología y profesora auxiliar Fuente: Revista Mexicana de Odontología Clinica http://www.intramed.net/sitios/mexico/revista_odonto/
INDICE:  1. Desarrollo | 2. Referencias bibliográficas
Desarrollo

Resumen

La estomatitis aftosa recurrente, aftosis oral o aftas es la enfermedad más frecuente de todas las lesiones de la mucosa oral. Su etiopatogenia no es completamente conocida, pero se citan factores genéticos, alimentarios, infecciosos, alérgicos, medicamentosos, traumáticos e inmunológicos.

Desde el punto de vista clínico existe la forma mayor, menor y herpética. El diagnóstico se basa fundamentalmente en la anamnesis y el examen clínico de la lesión, pero siempre debe tenerse en mente la posibilidad de un padecimiento sistémico de base que condiciona la aparición de las aftas. Al no existir una etiología completamente definida, han sido múltiples los enfoques terapéuticos que se han manejado en esta enfermedad, desde tratamientos locales, antimicrobianos, corticoesteroides e inmunomoduladores. En los niños deben hacerse consideraciones especiales en cuanto al manejo por el riesgo potencial de descompensaciones nutricionales o del equilibrio hidromineral.

Palabras clave. Estomatitis aftosa recurrente, ulceración oral, aftosis oral, aftas,  inmunodeficiencia celular.

La estomatitis aftosa recurrente o recidivante (EAR), también llamada aftosis oral o simplemente aftas, es una enfermedad inflamatoria crónica caracterizada por la aparición de bro tes de lesiones aftosas en la mucosa bucal.1 Fue Hipócrates (460-370 a.C.) quien usó por primera vez el término aftas (del griego arder, quemar) en relación con padecimientos de la boca.2 La primera descripción clínica científica de la EAR fue publicada en 1898 por Von Mikulicz y Kummel.3

Clínicamente, la enfermedad se presenta en forma de lesiones únicas o múltiples casi siempre pequeñas (menores de 0.5 cm), poco profundas, erosivas, dolorosas, de aparición súbita, inicialmente necróticas y de carácter recidivante. Las lesiones pueden persistir por días o semanas, se curan sin cicatrización ni evidencia de su existencia previa y la recurrencia tiene lugar después de periodos de remisión de variable duración.4, 5

Este padecimiento se considera el más común de todas las lesiones de la mucosa oral y afecta a alrededor de 20% de la población, aunque en algunos estudios se han reportado cifras de hasta 60%.6 Se ha encontrado una prevalencia mayor entre grupos de más alto estándar socioeconómico y en mujeres.7, 8 En los niños, la estomatitis aftosa es también la forma más común de ulceración oral y es más frecuente entre los 10 y 19 años de edad.9

 Etiología

La etiopatogenia de esta patología no es totalmente conocida. Se citan factores genéticos,10 infecciosos bacterianos como estreptococos; virales como el citomegalovirus, herpes virus6 o varicella zoster11-14 o micóticos como la cándida albicans.16 Existen muchos reportes sobre la asociación de las aftas con deficiencias de oligoelementos o vitaminas,15,16 así como con la alergia alimentaria17,18 o traumatismos locales. 5 La enfermedad puede estar asociada a otros factores neuroendocrinos como el estrés o la menstruación.4, 5 Paradójicamente, el hábito de fumar parece ejercer un efecto protector sobre la aparición de las aftas.19

Se ha puesto particular énfasis en el estudio de los factores inmunológicos como responsables de la etiología de esta entidad. Se ha confirmado la presencia de disrregulaciones locales o generalizadas en algunos de los elementos celulares o moleculares que conforman el sistema inmune, como linfocitos T CD4+,20 inmunoglobulinas, inmunocomplejos circulantes, citoquinas, moléculas de adhesión y otros. Un estudio realizado en nuestro centro demostró que 72.5% de los enfermos mostraba algún grado de defecto en el porcentaje de células formadoras de rosetas activas o espontáneas, prueba que mide la inmunidad celular.

Está comprobada la existencia de un ambiente familiar en la aparición de las aftas, aunque no ha podido demostrarse un patrón de herencia definido.7,8 Existen evidencias acerca de la asociación de la enfermedad con la presencia de determinadas moléculas del sistema principal de histocompatibilidad. Varios estudios sugieren que algunos haplotipos HLA-DR/DQ específicos podrían ser más importantes que los fenotipos individuales HLA-DR y -DQ.

Las aftas pueden aparecer también asociadas a un grupo de trastornos patológicos como la enfermedad de Crohn,4 enfermedad celíaca,4 enfermedad de Behcet, colitis ulcerativa idiopática,4 enfermedad de Reiter,7 en la inmunosupresión propia de la infección por VIH7 y muchas otras que tienen en común una patogenia autoinmune.

Las lesiones aftosas que aparezcan conjuntamente con síntomas de uveítis, ulceraciones genitales, conjuntivitis, artritis, fiebre o adenopatías deben sugerir la búsqueda inmediata de algunas de estas enfermedades de peor pronóstico mencionadas con anterioridad. Recientemente han aparecido en la literatura cada vez más reportes que identifican algunas drogas como predisponentes o desencadenantes de la aftosis oral. Entre ellas están la talidomida, el nicorandil o el losartan.

Cuadro clínico

En todos los tipos de úlceras aparece una lesión de color amarillo o blanco en los estadios iniciales. El borde de la úlcera está bien definido con un halo de eritema marginal, pero la forma puede volverse irregular a medida que la úlcera cicatriza. Algunos pacientes experimentan pródromos de escozor o dolor antes de la aparición de las ulceraciones, lo cual representa una ventaja práctica para el establecimiento de una terapéutica precoz.7

Desde el punto de vista clínico, la enfermedad puede presentarse en tres variedades: forma menor, forma mayor o forma herpetiforme, las cuales se diferencian por las características clínicas de las lesiones y su tamaño.4, 5 La existencia de aftas herpetiformes no es aceptada por todos como una entidad aparte; se le llama así sólo por la apariencia clínica que sugiere una etiología viral, la cual realmente no está demostrada.7

Forma menor: es la forma más frecuente de la enfermedad (aproximadamente 80% de todas las EAR) y se caracteriza por la aparición de una o varias úlceras, de forma redondeada u ovalada, menores de 5 mm de diámetro, poco profundas, cubiertas por una pseudomembrana blanquecinogrisácea, debido a necrosis, y rodeadas de un halo eritematoso ligeramente elevado. Se acompaña de dolor sin ninguna otra sintomatología general y cicatriza de 10 a 14 días sin dejar ninguna secuela.

 

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