Infecciones oculares | 14 MAR 06

Tratamiento de las infecciones oculares causadas por Clamidia

El presente estudio resalta cuales son las nuevas estrategias y tratamientos empleados en oftalmología.

Las infecciones causadas por clamidia son unas de las más comunes en todo el mundo. Existen tres especies que causan infecciones en humanos: la C.trachomantis, C. pneumoniae y C. psittaci. La C. psittaci proviene de los pájaros y puede conducir a una psitacosis, enfermedad febril que se caracteriza por neumonitis y manifestaciones sistémicas. La C. trachomatis y pneumoniae se transmiten de humano a humano. La Clamidia trachomatis se trasmite sexualmente y causa cerca de cuatro millones de infecciones por año y 25.000 casos de infertilidad en los Estados Unidos. El patógeno es el agente etiológico del tracoma, una de las principales causas de ceguera que puede prevenirse, que afecta 150 millones de personas en todo el mundo y ha dejado ciegos a 6 millones de individuos. La clamidia pneumoniae causa una infinidad de enfermedades de las vías respiratorias incluyendo faringitis, sinusitis y bronquitis. También afecta el tracto respiratorio inferior y es responsable de un cuarto de las neumonías. Recientemente, también se ha descubierto que es un factor de riesgo de arteriosclerosis.

Las clamidias son pequeños organismos intracelulares dependientes de la célula huésped para su replicación y sobrevida prolongada. Su ciclo de vida permite al patógeno producir infecciones persistentes, escapando a los procesos inmunológicos y causando además inflamaciones crónicas. Además, las reinfecciones son comunes ya que no se desarrolla inmunidad a largo plazo. En oftalmología, estas características han permitido que las clamidias causen un amplio espectro de enfermedades, desde la conjuntivitis folicular hasta el tracoma, a menudo con secuelas de ceguera. Sigue siendo difícil diagnosticarla con exactitud y aunque existen varios antibióticos para tratar la infección, con altos índices de curación sigue existiendo la infección crónica.

Hay una variedad de antibióticos para tratar las infecciones  causadas por clamidia. Estos organismos son susceptibles a las sulfonamidas, tetraciclinas, fluorquinolonas, rifampicina y derivados, y macrólidos. Muchos de estos antibióticos, sobre todo los macrólidos y tetraciclinas han mostrado un alto índice de curaciones en el tratamiento de la conjuntivitis de inclusión en neonatos y adultos. Sin embargo, en el tratamiento de tracoma la cura microbiológica desciende a menos del 80% y los índices de curación clínica pueden ser de tan solo 10 a 20%.

Pueden realizarse varias generalizaciones en el tratamiento de las infecciones oculares por clamidia. En primer lugar, es más necesario el tratamiento sistémico que el local al tratar la conjuntivitis de inclusión en adultos, ya que el patógeno puede estar alojado en el aparato genital del paciente. Del mismo modo, en los recién nacidos, el organismo puede encontrarse en el tracto respiratorio inferior y debe ser tratado en forma sistémica. Los pacientes tratados sistémicamente no necesitan ser tratados en forma local.

En segundo lugar, deben tratarse las parejas sexuales del paciente infectado. En tercer lugar, puede hacer falta la repetición del tratamiento ya que los índices de curación clínica son moderados, en especial en el tratamiento de infecciones crónicas.

Finalmente, son preferibles los antibióticos que alcanzan niveles tisulares sostenidos, alta penetración intracelular, baja resistencia microbiana y que requieren dosis poco frecuentes. Por todo esto, la azitromicina es el tratamiento más utilizado para las infecciones por clamidia, inclusive contra el tracoma.

Las sulfonamidas se utilizan poco para tratar estas infecciones, en parte porque no son

 

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